Algunas experiencias
que hemos vivido
Conversación en el Espíritu
Una apuesta en el cenáculo 2023
Mi experiencia sinodal
El pasado mes de septiembre tuve la suerte de poder participar en el Cenáculo que el Servicio de Animación Espiritual por un Mundo Mejor celebramos en Madrid. Me llamó la atención que al principio del encuentro internacional de 14 días, se nos planteara por parte del moderador como método de trabajo la conversación en el Espíritu.
En el trabajo preparatorio del cenáculo pudimos hacer una peregrinación espiritual en la historia de nuestro grupo promotor, asumiendo 6 hitos que marcan nuestra historia. Se nos proponía a todos los grupos locales que lo hiciéramos en clave de oración, con unas pautas que nos ayudaban a asumirlos como hechos significativos. Este peregrinaje se completó con los dos últimos hitos sirviéndonos de las mismas claves que en los anteriores, pero en esta ocasión todos juntos, pudiendo compartir los frutos de nuestra oración en los grupos lingüísticos y consensuar una síntesis para presentar en la Asamblea.
Este paso que había sido precedido de la presentación de personas, grupos y la vida de cada grupo local desde el anterior cenáculo, nos sirvieron para hacer un ejercicio de escucha activa, apertura al otro, acogida de lo diferente y reconocimiento de la riqueza de la diversidad. La escucha y el compartir que se dieron en estos primeros pasos nos sirvieron como pasos previos que nos prepararon para emplear de forma más sistemática la metodología de la conversación en el Espíritu en las dos etapas que le seguían.
Esta metodología me costó de entender en los primeros momentos pero en la medida que iba viviendo y compartiendo con el resto de personas y nos ejercitábamos en ello, íbamos experimentando que producía en nosotros paz, serenidad y nos infundía fuerza para continuar.
Al principio no comprendía porque abordamos las cuestiones que queríamos discernir en tres momentos partiendo de un clima de oración, compartiendo en cada momento con distintos puntos de partida y ahondando siempre en referencia al anterior. No entendía el por qué, pero sin embargo experimenté y coincidimos muchos en esta sensación, como se llegaba a un consenso generalizado, al concluir cada una de la etapas, en un ambiente de paz, alegría, ilusionados y dispuestos afrontar las dificultades, con la certeza que lo que habíamos conseguido era por la fuerza del Espíritu de Jesús.
Considero que es fruto del Espíritu, porque somos capaces de escucharnos de una forma activa, asumiendo y haciéndonos cargo de la diversidad que nos constituye como grupo; personas procedentes de los cinco continentes, con distintas lenguas, culturas y realidades sociales y económicas en las que vivimos. La diversidad la asumimos como una riqueza y un regalo que nos permite romper los egocentrismos.
Considero que es fruto del Espíritu, porque a través de la participación de todos en plano de igualdad, compartiendo en un clima fraternal de escucha, precedido de un ambiente de oración y a través de varios tiempos, llegamos de modo no forzado a un consenso generalizado, no sin tensiones, en el discernimiento de los núcleos esenciales que han de motivar la puesta al día de las ejercitaciones, que son nuestro patrimonio y nuestra apuesta de servicio a la espiritualidad comunitaria.
Considero que es fruto del Espíritu, porque reconociendo la diversidad y las diferentes formas de llevar a término nuestro servicio, nos sentíamos unidos, en comunión los unos con los otros y en comunión con el Mundo. Además la fuerza del Espíritu se hizo presente en el discernimiento comunitario para buscar las personas responsables de prestar los diversos servicios necesarios, partiendo de un clima de oración. Un ejercicio de libertad entre quienes mostraron su predisposición y quienes fueron propuestos, la generosidad de todos para compartir fraternalmente en varios tiempos las motivaciones, dificultades, ilusiones, pareceres y sentimientos que se movían en nuestro interior llegando a un amplio consenso, no forzado, de las personas más adecuadas para las distintas tareas, concluyendo en los procesos de elección que establecimos como necesarios para dejar espacio a las posibles divergencias.
En el mes de octubre, siguiendo las informaciones sobre el sínodo de obispos que la Iglesia venía realizando en Roma, sobre la sinodalidad, me llamó la atención una imagen que consideraba muy significativa, las mesas redondas de 10-12 personas en el Aula Pablo VI. Un trabajo de escucha y compartir de igual a igual entre hombres y mujeres, laicos, religiosos, sacerdotes, obispos y el mismo papa; consideraba la imagen de un pueblo diverso, adulto, con palabra, capaz de escuchar, que quiere caminar junto, siguiendo el Espíritu de Jesús que habita en medio de los hombres. Y me identifique plenamente porque la vivencia del cenáculo compartió la misma dinámica que el Papa pedía para hacer del Sínodo un ejercicio de sinodalidad.
Bernat Sanchis
Ejercitándonos en la escucha
La escucha, primer paso para compartir la fe.
Abril 2023
Durante tres días, del 11 al 14 de abril, parte de nuestro grupo hemos podido compartir una segunda parte de nuestro ejercitarnos en la escucha que iniciamos el pasado mes de diciembre.
Está resultando ser una autentica experiencia, por cierto muy gratificante, que nos esta ayudando a vivir y poner en práctica esta actitud con nosotros y con quienes nos rodean, y en gran manera con quienes tenemos más cerca.
No se trata de teorizar sobre la escucha. Hacemos ejercicios de escucha que nos ayudan a descubrir la riqueza que se encierra detrás de cada realidad y como nuestra actitud se convierte en una herramienta que nos ayuda animar la vivencia de la fe de los otros, de aquellos con quienes compartimos nuestra vida cotidianamente.
Como vivo en estos momentos de mi vida y como afronto el futruro
El reloj de la vida
Verano de 2022 en la Rioja
Primera semana de Agosto. nos reunimos un grupo de 25 personas, llegadas del País Vasco, Navarra, Andalucía y Valencia.
Aprovechamos para …
Antequera (Málaga) y Pamplona 2023
Dos grupos independientes en dos puntos distantes, han estado encontrándose presencialmente para hacer una experiencia de compartir las situaciónes personales que cada uno esta viviendo y como esta exeriencia les esta ayudando a encontrar los puntos esenciales sobre los que hoy hoy estan viviendo una vida mucha más consciente.
Una experiencia sinodal
CAMINAMOS JUNTOS, EN EL ESPÍRITU DE JESÚS
Ejercicio de discernimiento en común
«El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio»: este es el compromiso programático propuesto por el Papa Francisco. De hecho, «es una dimensión constitutiva de la Iglesia», de modo que «lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra “Sínodo”». Caminar juntos —laicos, pastores, Obispo de Roma— es un concepto fácil de expresar con palabras, pero que no es tan fácil ponerlo en práctica.
Tomamos del mismo VADEMÉCUM algunas afirmaciones que nos animan a hacer esta propuesta como ejercicio de discernimiento “Caminado juntos, en el Espíritu de Jesús”, que responde al espíritu de la convocación de todo el pueblo de Dios no solo a participar, también a la comunión y a la misión, como demanda la sinodalidad:
“El proceso sinodal es, ante todo, un proceso espiritual. No es un ejercicio mecánico de recopilación de datos, ni una serie de reuniones y debates, ni la respuesta a un cuestionario de preguntas. La escucha sinodal está orientada al discernimiento. Nos exige aprender y ejercitar el arte del discernimiento personal y comunitario. Nos escuchamos unos a otros, escuchamos nuestra tradición de fe y los signos de los tiempos, para discernir lo que Dios nos dice a todos”
Los sínodos son un ejercicio eclesial de discernimiento: El discernimiento se basa en la convicción de que Dios actúa en el mundo y que estamos llamados a escuchar lo que el Espíritu nos sugiere.
Por lo tanto, este Sínodo no sólo espera respuestas que puedan ayudar a la Asamblea del Sínodo de los Obispos que se realizará en Roma en octubre de 2023, sino que también desea promover y desarrollar la práctica y la experiencia de ser sinodal en el curso del proceso y para el futuro”.
Esta propuesta concreta fue vivida por tres grupos. Fue un ejercicio de discernimiento en el que cada persona se sintió implicada. No fue una reflexión sobre la “sinodalidad”, fue una experiencia personal compartida. Un ejercicio de escucha y de intercambio en el Espíritu. La escucha de la propia vida, expresada en la narración personal de lo que cada uno de nosotros vive de sinodalidad, fue el punto de partida para iniciar el itinerario.
INTINERARIO
Primer paso: Abiertos a la vida…
- Escuchar – expresar – encuentro
- Introducción al discernimiento y a la dinámica espiritual del discernimiento
- Narración de lo que cada uno de nosotros vive
- Intercambio sobre lo que nos ha llamado la atención de las otras personas
- Cómo nos influye la realidad que nos circunda.
El segundo paso: Claves para interpretar la realidad
- Hacerme presente ante la realidad evocada
- Escucha del Evangelio
- Acogida de la invitación del Papa Francisco
Tercer paso: Discernir los signos del Espíritu, hoy
- Volver a la experiencia compartida para discernir los «signos de los tiempos”
Cuarto paso: Propuestas para vivir y promover “Caminando juntos…”
- Propuestas a nivel personal, parroquial y diocesano
La experiencia concreta de mi grupo.
La realizamos a partir de enero de 2022. La hicimos on-line. Con trabajo personal previo, de uno o varios puntos, que compartíamos a través de la plataforma y manteníamos encuentros virtuales de todos los miembros en los que íbamos intercambiando aquello que compartíamos y lo que se iba descubriendo desde la escucha de los otros.