Confieso que he vivido estos días el suceso catalán con profunda preocupación, hasta mi cuerpo se ha resentido en el sueño y en la digestión. Aquello de es “un momento histórico” quedaba anticuado en unos minutos. Desconozco si había un relato escrito con antelación o algún plan estratégico, pues como se suele decir, parecía de película, pues no se sabía el final.
Una vez que la ley parece que se impone y delirio virtual ha llegado a la cumbre deseada, reconozco que queda un final abierto, que no va a terminar con las elecciones, todo lo más puede ser una calma o una tregua. Read More