Introducción
Lucas 17, 11-19
Hago el relato de mi experiencia en agradecimiento:
- Mirando a la sociedad en general, ¿Qué hechos, situaciones, comportamientos, actitudes de personas, grupos, asociaciones, entidades…, me siento llamado a agradecer?
- En la situación extrema que estamos viviendo, ¿Qué cosas de la vida cotidiana damos por supuesto? , ¿la situación de pandemia nos ha ayudado a tomar conciencia y agradecer por ellas?
- Personalmente ¿Cuáles son los agradecimientos que siento y quiero compartir?
Con humildad, sé que una de las cualidades que se me regalaron, es el sentimiento de gratitud.
Doy gracias cada día por la Vida, mi vida tal como la tengo y soy. Con todas mis debilidades, defectos, pero también algunas cualidades.
Doy gracias por el don de la fe, la cual me ha mantenido serena y con paz interior, en todo éste tiempo de pandémia. Os puede parecer extraño e inconsciente. Pero no. A pesar de la preocupación por tan grave situación, mantengo la calma, me se vulnerable física, psicológica y moralmente, como todos, pero la vida me hizo fuerte, también me he sentido y me siento cuidada, primero por nuestro Padre Dios, luego por las personas que me quieren y se preocupan por mí. Gracias a todos vosotros por tanto.
Al tiempo que he estado pendiente de los demás. Y en todo momento me he preocupado por estar informada de cómo iba y cómo van las cosas.
Mi calma, serenidad, y el disponer de tiempo, me han permitido estar y animar a quienes por teléfono o WhatsApp me decían de sus miedos, procurando animarles y transmitirles mi confianza en ese Dios que nos ama tanto, que no nos va a dejar nunca.
Un grande gracias, a todos cuantos han velado y siguen velando por nuestra salud, desde los médicos, científicos de todo el mundo, hasta el resto del personal que trabajan en hospitales y centros de salud.
Pero sin olvidar a todos aquellos que no han dejado de servirnos, para que no nos faltará comida en la mesa, medicinas, carteros, periodistas, transportistas, los que cada noche recogen la basura, y los que fumigan todas nuestras calles para tratar de luchar contra el virus. Nada de lo necesario nos ha faltado ni nos falta. Gracias.
Gracias, por tanta solidaridad activada para cualquier ayuda requerida.
Desde que me levanto, la palabra gracias es la que más pronunció a lo largo del nuevo día, soy así, doy gracias por todo.
Cómo estoy siempre en casa, puedo permitirme con tranquilidad dedicarme a la escucha de quién me llama, la ayuda es mutua, porque los encuentros al teléfono u otros medios de comunicación, más que nunca han sido un alivio, en un momento en que el contacto persona a persona está exento o muy limitado. Gracias también por tantos medios como tenemos para sentirnos acompañados y unidos.
Son interminables los motivos por los que agradecer.
Señor, también tengo presentes siempre, a los que no gozan de todo el bien que tengo y tenemos. No son mis méritos los que hacen que no me falte nada, es el lugar que nací, son los buenos padres que me diste, mis hermanos, y tantos amigos. Nací al Norte, y pienso en África a quien amo, en América Latina, y en tantos países sin recursos o en guerras que no se les ve el fin. Te pido por ellos, que seamos capaces con nuestros medios, de auxiliares y tengamos la valentía de alzar la voz por ellos. Que los seres Humanos todos, busquemos la equidad y la justicia, porque todo ser humano merece lo indispensable para llevar una vida digna. Solo así, podremos conseguir un Mundo Mejor y saludable. Cuidemos el hermoso Planeta en el que vivimos, ese es un gran y acuciante reto.
Uno mi acción de gracias al Señor que tanto me ha dado, con ésta sincera petición por mis hermanos más desfavorecidos, enfermos, vulnerables, los sin hogar, todos los que sufren por cualquier circunstancia.
Aunque repetitivo, termino con un GRACIAS Señor por no dejar de amarnos.
Hace ya un año que vivimos en esta situación de pandemia. Tengo que reconocer que hoy me cuesta recordar algunas situaciones de agradecimiento que en los primeros momentos, cuando las restricciones fueron extremas, me llenaban de emoción. Hoy tengo que hacer un esfuerzo para recordar. Sé que en aquellos momentos daba las gracias a todas las personas con las que vivía y con las que me encontraba, porque realmente era muy pocas. Mi mujer, mis hijos que compartían en aquellos momentos casa, los y las dependientes del supermercado y de la farmacia donde acudía a comprar.
Ahora, un año después, agradecer en primer lugar a los más expuestos que han sido los sanitarios, por su entrega siempre por encima de su obligación, los que han puesto su vida en atención de calidad humana para que las personas no se sintieran solas en esos momentos difíciles que a muchos les ha tocado vivir, superando la enfermedad o afrontando la muerte.
Agradecer a todos los que han tenido que tomar decisiones, y lo han hecho pensando siempre en las personas y en la calidad humana.
Por quienes cuando todos permanecíamos encerrados en nuestras casas, ellos estaban fuera de las suyas para asegurarnos nuestra supervivencia, poniendo en riesgo sus vidas. A los policías, militares, cuerpos de seguridad, a los transportistas, a los dependientes de las tiendas de alimentación y farmacia.
Agradecer a todos los profesionales de la atención social, porque en estos momentos de dificultad, no solo han cumplido con la labor por las que se retribuye, sino que han sido como los miembros de su familia que no podía estar a su lado en los hospitales, en las residencias de mayores o de discapacitados y han dado el calor humano para que no sintieran el peso de la soledad y la tristeza de las ausencias.
Hay que agradecer a todas las personas y asociaciones que han salido en ayuda de los que peor lo han estado pasando, Caritas, Cruz Roja, a nivel local el Norte Perdido y tantas asociaciones que han cambiado el orden de sus prioridades, anteponiendo aquellas para cubrir las necesidades más básicas de las personas necesitadas. Hemos experimentado como sociedad, lo que ya sabíamos, que no vivimos solos; pero pienso que tal vez lo más novedoso para muchos, ha sido constatar en propia carne que nos necesitamos unos a otros.
Agradecer a todas las personas de mi calle que salían al balcón tarde tras tarde para solidarizarnos con los que estaban trabajando por nuestra salud, supervivencia y seguridad. A los que se encargaron de amenizar y animar aquellos momentos, dándonos ánimo y creando un ambiente especial que nos unió y nos hace sentir unidos, a pesar de que hasta aquel momento algunos apenas nos conocíamos. Hoy las relaciones intervecinales son distintas, son más humanas .
Agradecer a las redes sociales que nos han permitido mantenernos unidos, a pesar de las distancia, y a todos los que las han usado para estar a nuestro lado en esos momentos.
Agradecer a mis hijos la preocupación que tenían por nosotros como personas de riesgo, de lo que nosotros no éramos conscientes, y que ellos en todo momento nos recordaban.
Es motivo de dar gracias a Dios, porque el Espíritu de Jesús ha sido más palpable que nunca, su presencia real en la fraternidad humana que brotaba del interior de las personas, dispuestas de la forma que fuera y con gran creatividad para ayudarnos unos a otros. Gracias por permitirnos descubrir que la fe se puede vivir fuera de los templos y dentro de nosotros.
• Percibo que el Espíritu, que suele soplar siempre, aunque no lo haga en el sentido que nos gustaría que lo hiciera, hoy nos está mostrando algo muy de este tiempo. El signo más significativo que el Espíritu nos está mostrando consiste en habernos enfrentado a nuestra vulnerabilidad como sociedad, como cultura y como personas, nos ha bajado de nuestro endiosamiento, y nos está empujando a percibir que hay otros, otras situaciones, culturas… que están en peor situación sanitaria, económica y de todo tipo.
• Lo que también pide el Espíritu, es nuestro discernimiento, para descubrir lo que viene de Él, de lo que procede de otras influencias negativas. Este discernimiento es labor nuestra, y fue necesario en todas las épocas para descubrir el sentir de lo que Él está señalando. Sus signos están siempre en consonancia con el momento histórico, quienes en muchas ocasiones, no lo estamos somos nosotros, que pretendemos que funcione a nuestro estilo.
• Probablemente la pandemia, nos haga pensar algo más en los demás. Es posible que esta crisis sanitaria esté poniendo en evidencia lo mejor que el ser humano tiene en sí, la solidaridad, la generosidad y el bien hacer de muchas personas que está al servicio de otros. Por ello me siento agradecido ante esta situación, agradezco el hecho de haberme enfrentado a mi debilidad.
• También agradecer la oportunidad que se nos está brindando para relacionarnos, aunque un poco a la fuerza, con personas a las que queremos y ahora no podemos acercarnos a ellas, pero los nuevos medios nos están haciendo que la relación sea hasta más frecuente.
• Un ejemplo claro de lo anterior, y que me hace agradecer son los comentarios que se están dando en este blog y que me ayudan a resituarme, hacerme más humilde, y disfrutar de las magníficas reflexiones. Por no hacerme repetido, Nacho ha hecho una magnífica descripción, a la que me sumo.
• El propio papa Francisco en su viaje a Iraq, ha dejado un mensaje de optimismo y de poner de manifiesto que la paz, es más fuerte que la guerra, nosotros también necesitamos trabajarnos para sentir que en la dificultad está la fuerza de dios para sacarnos de ella.
• En cuanto a mi cotidianidad quiero agradecer todo de lo que dispongo, y que me rodea, casa, familia, poder comer bien, salud, y posibilidad de que me atiendan sanitariamente, afectos, etc. Quizás este tiempo de pandemia me ha hecho valorar estas cosas mucho más, especialmente porque soy consciente que es una gracia disponer de ellas y que hay personas, países y situaciones que no disponen de ello. Disponer de espacio para pasear y relacionarme con la naturaleza, está siendo algo muy valorado y de lo que no me hacía consciente.
• Quiero compartir aquí, algunas relaciones que vienen teniendo lugar y que se han acentuado en estos tiempos difíciles. Las relaciones con las personas vecinas a nuestra casa se han estrechado, han mejorado y el intercambio para cubrir necesidades se ha hecho más profundo. Desde hace tiempo, una persona joven, que se dedica al cuidado de jardines, y que ha pasado en el último año por una situación familiar muy dificultosa al morir su esposa, lo que le ha hecho sentirse muy mal anímicamente, me ha permitido compartir con él, con cierta asiduidad, ratos de conversación profundos que nos han ayudado a ambos.
En la sociedad actual donde el miedo, la inseguridad, la impotencia se ha adueñado de nuestras vidas, quiero ver pinceladas de esperanza y agradecer en primer lugar a los sanitarios. Hace pocas semanas mi madre de 85 años estuvo ingresada por covid muy grave. Cuando me llamaban por tfno. para decirme como se encontraba, siempre era desde la empatía, con un tacto exquisito, amables y buscando las palabras más adecuadas….
Mi madre se ha recuperado y a vuelto a la residencia donde vive, su casa, dice ella, y los médicos, auxiliares, enfermeras y personal de limpieza la tratan como a una madre, nosotros sus hijos no podíamos ir a verla, pero han hecho y están haciendo todo lo que pueden para que se recupere… me siento muy gradecida y no encuentro palabras cuando hablo con ellos para hacerles llegar todo mi agradecimiento.
De hecho ya está comiendo más, está más tranquila y más activa, un milagro de verdad os lo digo porque no había mucho a lo que agarrarse, pero en ningún momento han tirado la toalla… son especiales, ángeles cuidadores.
Porque es un colectivo que está muy castigado y agotado pero su humanidad cada día se renueva.
Doy gracias por haberlos conocido aunque sólo sea por tfno. y poder agradecerles todo lo que han hecho por nosotros. GRACIAS
Me preocupa por otra parte que nos acostumbremos a los datos que cada día nos dan del número de fallecidos, que son miles de familias destrozadas, eso me preocupa.
Por otra parte la situación política de nuestro país que no hayamos aprendido a pesar de todo lo que estamos viviendo a ponerse de acuerdo y remar todos a una para recuperar un país cansado de ver que no tenemos políticos de altura moral ni ética que piensen en el bien común y no en intereses partidistas.
Está situación me ha hecho más consciente de nuestras limitaciones cómo sociedad, de que no somos lo más sino un pequeña parte que un virus microscópico nos ha puesto la vida .patas arriba.
Me siento agradecida porque soy consciente de mi finitud, de que Dios padre-madre camina siempre mi lado, me siento muy cerca de mucha gente, amigos, familia, que a pesar de no poder vernos estamos pendientes unos de otros. No me gustaría que esto cambiara… Soy más consciente de vivir cada día.
Amparo
Mi primer agradecimiento es para ti, Nacho. Con tu relato me has ayudado a reconocerme en muchas situaciones de mi vida. Vaya repaso que nos has dado. GRACIAS.
La palabra gracias la tengo muy integrada pues soy consciente de que tengo muchiiisimas cosas que agradecer. Humildemente y con limitaciones me ayuda a ser responsable con el uso que hago con tanto como recibo. Disfrutar y compartir.
Comparto una experiencia que tuve ayer por la mañana: Me invitaron a participar en un encuentro con diferentes entidades convocadas por el departamento de Bienestar Social y Salud del Gobierno de Navarra. El objetivo es desarrollar un programa de apoyo a las personas mayores con el título ¡Pregúntame! El título ya da la pista de cómo se pretende llegar, partiendo de la persona a la que va dirigido. Descubrí, una vez más, cuantas personas dedican su tiempo, su experiencia, su creatividad, parte de su vida, a mejorar la vida de los demás.
Todos nos hemos visto afectados por la situación que estamos viviendo. Pero sigo descubriendo cuantos grupos buscan, colaborando conjuntamente, ocuparse de los demás.
Agradezco la bondad del ser humano.
Es un signo de cómo estamos sintiendo que la unión hace la fuerza. Que entidades de diferentes ideologías, se unan por un objetivo común y con un sentido comunitario me hace ser agradecida vivir estas experiencias.
Agradezco las oportunidades que se me presentan para poder colaborar.
Un saludo a mis compañer@s de viaje por esta vida del MMM y participantes de este compartir ¡¡¡GRACIAS!!!
En los momentos de incertidumbre, de miedo, de desorientación… que nos ha producido el confinamiento, las informaciones de los numerosos contagios, la contabilidad de los muertos de cada día…; ante los fuertes impactos, vivimos los días con diferentes emociones: impotencia, tristeza, rabia, negación, aceptación, incredulidad, dolor, angustia, necesidad de ser positivos, necesidad de confiar e incluso sentimos ganas de salir huyendo. Y todos hemos visto en medio de tanto dolor, las mejores acciones, las mejores conductas. Algunas las hemos conocido. Miles de acciones generosas han sido anónimas. Por eso quiero 4xpresar mi gratitud y seguir cultivándola.
Agradecer…
En primer lugar a los profesionales de la sanidad, de la seguridad, de la distribución… que han manifestado y expuesto lo mejor de ellos en favor del bien común.
A todas aquellas personas que, silenciosa y generosamente, han sabido detectar la necesidad de otras personas y han sido manifestación de cercanía y solidaridad.
La oportunidad de ser conscientes del valor que tienen las relaciones personales de calidad. Aquellas que nos hacen latir, que nos hacen sentir vivos y que se fundamentan en la confianza.
Por tener tiempo suficiente cuando siempre nos quejamos por no tenerlo.
Por la lección de vida que nos hecho tomar la responsabilidad en nuestros actos y nos da la conciencia necesaria de cómo estamos tratando el planeta.
Por todos los audios y mensajes recibidos que nos han ayudado a reflexionar y a sonreír.
Porque esta parada obligatoria nos ha hecho mirar hacia dentro, conociendo nuestros límites, escuchar nuestros miedos y reconocer cómo estamos con nosotros mismos y con las demás personas, con la naturaleza, con Dios…
Agradecer algunos supuestos…
Por tener agua caliente y agua potable en casa
Por tener acceso a alimentos y poder hacer, al menos, tres comidas cada día
Tener la posibilidad de ir al médico o de que me atiendan en urgencia en el hospital
Por poder leer, pensar, buscar información, plantearse preguntas, establecer relaciones, proponerse cosas…
Por sentirnos parte de un pueblo, de la humanidad…
Por ayudarnos a poner el centro de la vivencia de la fe cristiana en la vida y no entorno al altar, sin que le reste su importancia…
Por lo vecinos que nos han dado la posibilidad de compartir información, ratos de tertulia; ayudarnos en la compra; nos unirnos en el aplauso solidario por los sanitarios…
Personalmente reconozco que me cuesta expresar el agradecimiento y tomo esta ocasión para crecer en el agradecimiento…
A mi hermana con la que he compartido este tiempo tan singular y tan oportuno que nos ha ayudado a conocernos, respetarnos y querernos más…
A todas y cada una de las personas del grupo español por la cercanía, la atención y dedicación que nos ha permitido vivir con mayor profundidad esta pandemia. Creo que vamos a salir fortalecidos…
A mi amigo informático a quien acudo cuando me veo en apuros en el ordenador y por su dedicación y empeño ha hecho posible que tengamos un blog y plataforma acorde con nuestras posibilidades…
A mis amigos y amigas que en el servicio de animación del MMM me permitido abrir horizontes, enriquecerme con sus percepciones, proyectar mi solidaridad…
El jardín que he heredado de mi cuñado en el que he tenido la oportunidad de experimentar con gozo las labores de labranza, siembra, cultivo y cosecha… toda una lección de pedagogía viva y natural.
Hago propósito de cultivar la gratuidad. Por la mañana al levantarme comenzar con un momento de agradecimiento del nuevo día. Estar a tengo y agradecer con gestos y palabras a las personas por lo que hacen, dicen, comparten… Y al final de la jornada escoger tres momentos o cosas cada día por las que dar gracias.