Vivir y evangelizar en un mundo digital
A finales de los setenta, en nuestro Grupo del Servicio de Animación Espiritual por un Mundo Mejor, dimos nuestro primer paso hacia la informática. Adquirimos nuestro primer ordenador, un Amstrad, con la intención de facilitar el trabajo de secretaría, especialmente en la elaboración de documentos y boletines. Recuerdo que su llegada provocó una crisis en la secretaria hasta el punto de que tuvo que abandonar su puesto. Para mí, en cambio, fue un verdadero descubrimiento: corregir documentos sin necesidad de borradores, hacer varias copias sin papel de calco… ¡Era una revolución! Lo que hoy parece básico en aquel entonces era una gran ayuda, y con el tiempo adquirimos un equipo más avanzado que nos permitió publicar nuestros documentos de manera más eficiente, casi como una pequeña editorial.
La Digitalización de la Pastoral
A principios de los noventa, vivimos otro salto tecnológico: internet. Recuerdo la emoción de ver por primera vez una conexión a la red. Compartir documentos, imágenes y proyecciones sin necesidad de correo postal era casi milagroso. Fue entonces cuando nos lanzamos a digitalizar la pastoral. Creamos nuestra primera web y comenzamos a intercambiar materiales y reflexiones con personas de todo el mundo.
Digitalizar la pastoral significó trasladar nuestras acciones tradicionales de evangelización, catequesis y acompañamiento a formatos digitales. Utilizamos proyecciones para conferencias, plataformas online para cursos de formación y difusión de contenido religioso. Sin embargo, con el tiempo, nos dimos cuenta de un riesgo: si bien era útil y necesario, la tecnología seguía siendo solo un medio instrumental. No transformaba la forma en que vivíamos la pastoral, sino que simplemente trasladaba lo que ya hacíamos a un nuevo soporte. Nos preguntamos entonces: ¿es suficiente?
Hacia una Pastoral Digitalizada
Hace pocos años, al actualizar nuestra web, nos dimos cuenta de que nos habíamos enfocado en digitalizar la pastoral, pero no en desarrollar una pastoral digitalizada. Enviábamos boletines electrónicos, compartíamos reflexiones en un blog y difundíamos mensajes en PowerPoint, pero ¿realmente estábamos acompañando a las personas en su vida digital? Comprendimos que el reto no era solo usar bien la red, sino vivir bien en la era digital.
El jesuita Antonio Spadaro, especialista en ciberteología, nos inspiró con algunas claves para este paso:
- De dar respuestas a hacerse preguntas.
- De ofrecer contenidos a centrarse en las personas.
- De transmitir valores a dar testimonio.
- De la propaganda a la cercanía.
- De comunicar ideas a narrar vivencias.
- De la pasividad a la interactividad.
Una pastoral digitalizada no se limita a usar herramientas digitales; asume la cultura digital como un espacio de misión. No se trata solo de estar en internet, sino de comprender las dinámicas, los lenguajes y las relaciones que emergen en este mundo. Evangelizar no es solo transmitir un mensaje, sino generar experiencias de fe en comunidad, incluso en el ámbito digital.
Pasos hacia una Pastoral Digitalizada
En el Grupo hemos comenzado a dar pasos concretos en esta dirección. Nuestra web y presencia digital han evolucionado con una visión más integral:
- Escucha activa de la comunidad digital: Creamos espacios en redes no solo para publicar contenido, sino para promover diálogos significativos, itinerarios de fe y discernimiento compartido.
- Acompañamiento virtual: Implementamos momentos de oración en vivo, espacios de discernimiento online y grupos de escucha en plataformas accesibles para todos.
- Evangelización creativa: Experimentamos con formatos como podcasts, videos cortos y experiencias inmersivas que no solo informan, sino que invitan a la reflexión y al encuentro con Dios.
- Colaboración con expertos: Formamos y pedimos ayuda a técnicos y profesionales que nos acompañan en este camino digital para transmitir el Evangelio con eficacia y profundidad.
El proceso que hemos vivido en el Grupo del Servicio de Animación Espiritual por un Mundo Mejor es un testimonio de cómo la tecnología puede ser un instrumento valioso en la pastoral, pero también un desafío para repensar nuestra misión. Hemos pasado de una digitalización de la pastoral a una pastoral digitalizada, aprendiendo que el verdadero cambio no está en los medios, sino en la forma en que los habitamos y los convertimos en espacios de encuentro con Dios y con los demás.
¿Estamos listos para dar este paso en nuestro grupo? La era digital no es solo un entorno tecnológico, sino un nuevo territorio de evangelización que nos desafía a ser creativos, cercanos y testigos auténticos de la fe.
Nacho