Todos estamos convencidos que están cambiando muchas cosas, en todos los aspectos de la vida y esto, especialmente a las personas adultas, nos está desorientando en gran medida. Despierta inseguridad, miedo, preocupación por el futuro de la vida personal, de la familia, de la sociedad, de la economía, de la religión, y un largo etcétera.
La pregunta del millón es ¿por dónde empezar para afrontar esta época de cambios “rápidos, profundos y universales”?