EJERCITARNOS EN LAS RELACIONES HUMANAS
Para despertarnos la conciencia responsable y solidaria del seguimiento del Señor en esta sociedad.
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Estoy convencida que nadie emigra por gusto. Es la necesidad la que hace que muchas personas abandonen «todo» lo conocido por alcanzar una vida mejor o que les han vendido como mejor. Totalmente de acuerdo en que es clave la ayuda a los propios países para no verse forzado a emigrar,
a la vez que estar abiertos al que decide emigrar por el motivo que sea. Desde mi experiencia personal vivo la emigración con agradecimiento, pienso en personas concretas que han sido y son riqueza en mi vida.
Vistos el vídeo 1 y 2 me senté a escribir un comentario, no lo publiqué al conocer que iban a darse otros vídeos posteriores. He esperado a verlos to-dos y ello me ha hecho modificar en parte mi reacción primera.
Escribo pues este comentario tras ver varias veces cada uno de los cinco.
El conjunto presenta una visión sobre la migración interesante, es un tema que en la actualidad está muy candente y debatido en nuestras sociedades, especialmente en la nuestra.
• Me he sentido “tocado”, el problema de las migraciones, es bastante complejo, tiene muchas ramificaciones y no podemos darle carpetazo con adherirnos a consignas o ideas preconcebidas. Su enfoque, entiendo que debe hacerse desde diversas ópticas: la nuestra como europeos, la de los países de origen que lo viven de otra manera, la de las injusticias históricas, la del desarrollo posible de los pueblos menos favorecidos… pueden verse otras muchas, conviene tenerlas presentes para no correr el riesgo de quedarnos en lo fácil y adherirnos a una postura “buenista” o a otra con matices xenófobos o racistas, dependiendo ello muchas veces de nuestras tendencias ideológicas.
• La metáfora del “puente entre culturas” me parece muy adecuada y descriptiva. Dicha metáfora puede tener un significado profundo, “puente” es algo que salva y comunica partes difíciles de acceder. El “puente” puede ser usado en ambas direcciones, nuestras culturas también pueden comunicarse de la misma manera. Una dirección es la de búsqueda de mejores condiciones de vida por quienes migran, la otra puede ser, acudir desde nuestros países volcándonos y ayudando a desarrollar sus países de origen, no como se ha hecho tradicionalmente, colonizando, imponiendo nuestra cultura, expoliando y buscando sus riquezas, sino tratando de ayudar a mejorar su educación , sus posibilidades de trabajo, su industria… Ello nos resolvería bastantes problemas de los que estamos viviendo y a ellos les ayudaría a ser más personas.
• Sentirnos como descendientes de migrantes puede ayudarnos a entender y aceptar ciertas dificultades del fenómeno.
Me he sentido inquietado y el ver en su crudeza todo el fenómeno, me ha hecho repensarme mi postura cómoda y en muchos casos de no querer “mojarme”. No me resulta fácil tomar decisiones al respecto, sin embargo entiendo que debo tomar postura y en la medida de mis posibilidades hacerla visible, ya que ello es una manera de dar respuesta sería y que dé lugar a concienciación del tema. Si estas posturas se hacen visibles en nuestra sociedad, de manera que puedan traducirse en votos, los políticos tendrán que tomar nota y buscar soluciones.
• Los vídeos 4 y 5 me han ayudado a encontrar algunos cauces por los que moverme en este tema. Las cuestiones planteadas para la reflexión personal, ha sido bastante significativas para mí. Pienso que una vía para trabajarme la hospitalidad puede ser intentar comunicarme con aquellos que están cerca de mí, compartir con ellos escucha abierta y franca.
Necesito trabajarme una actitud de concienciación sobre este problema, de poner en evidencia esa concienciación y de búsqueda de alternativas en las que me pueda involucrar.
Al hablar de migraciones, debemos evitar dos extremos. Por un lado, considerar que los inmigrantes no son nuestro problema o que ellos son el problema, lo cual exagera los conflictos para fomentar el rechazo. Por otro lado, pensar que al eliminar prejuicios desaparecen todos los problemas, y quienes los ven son los malos. La realidad es que hay cuestiones más profundas y objetivas.
Es crucial abordar las dificultades de la migración de manera realista y no ignorarlas. La migración es compleja, y tanto la sociedad que acoge como los migrantes deben adaptarse. La regularización puede ayudar, pero no es una solución mágica.
El diálogo es clave para encontrar soluciones reales, sostenibles y responsables que permitan acoger a los migrantes, a la vez que se promueven oportunidades en sus países de origen para evitar la migración forzosa. Como dijo Francisco, debemos crear comunidades dispuestas a «acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera».
Lo que hemos pretendido en nuestro Servicio ha sido concienciarnos de este desafío y tomar parte en él.