El pasado 15 de Marzo, tuvimos en Málaga la segunda (y última) jornada de encuentro en el que nos hemos estado ejercitando juntos, en un proceso donde lo fundamental no es el tema, sino el intercambio de la palabra ofrecida y acogida.
Aunque el tema no sea lo fundamental, lo que nos ha ocupado en estos días sí que nos es de gran importancia: la familia
Nos hemos reunido en la parroquia Ntra. Sra del Carmen de Campanillas, donde amablemente nos acogen cada vez que lo hemos solicitado.
En esta ocasión, hemos tenido la suerte de contar con la muy estimable compañía y acompañamiento de Nacho.
Comenzamos el día con esta oración Motivos para la alegría.
Tras una breve introducción, donde recordamos lo trabajado en la jornada anterior, aprovechamos la oportunidad para repetir algunos principios que facilitan el camino a recorrer (-Todas las personas pueden hablar -Nadie tiene obligación de hablar -Hablar para «decirse»). También destacamos la ayuda que supone escribir las reflexiones para escucharse mejor y después narrarse con más precisión en el grupo
Acto seguido, vimos este pequeño video para ambientarnos:
A continuación formamos los grupos y comenzamos a reflexionar y compartir sobre esta pregunta: Para mí, ¿qué es lo esencial, lo primordial, lo decisivo que no puede faltar en la familia y en la vida familiar?
Tras escucharnos a nosotros mismos en lo hondo y escuchar a los otros miembros del grupo, pasamos a escuchar el evangelio (cada grupo se centró en una parábola).
Posteriormente, a la luz de aquello que consideramos esencial, lo decisivo que no puede faltar en la familia y desde la escucha de las parábolas, nos planteamos:
¿Qué signos de los tiempos (signos de vida y esperanza para la familia) constatamos en todo lo que hemos evocado e intercambiado en el primer paso?
Por último, nos preguntamos: ¿Cómo podemos fomentar en las familias y en nuestras familias, los signos de vida y esperanza que reconocíamos en el paso anterior?