En este segundo paso tramos de comprender el fenómeno del populismo. Es un fenómeno que va y viene, suba y baja, pero ¿Por qué? Esta es la cuestión a clarificar para penetrar mejor en él. El sociólogo francés Michel Wieviorka en su artículo: El populismo, y después, publicado en la Vanguardia el año pasado nos aporta una buena síntesis.
Video: Advertencias del Papa Francisco sobre el populismo
Comparto mi reflexión: ¿Por qué creo yo que surgen y crecen los populismos?
Momento 2º – ¿Por qué surgen o adquieren mayor notoriedad los populismos?
La pregunta a compartir: ¿Por qué creo yo que surgen y crecen los populismos?
Demasiadas personas tienen escasa formación y no saben que no saben. Por eso nunca harán nada por formarse. No sienten necesidad ni beneficio. Rechazan lo que no comprenden, desprecian lo que ignoran, se fían de lo que primera vista les gusta. Usan mucho sus sentimientos (mola, no mola) para orientar sus vidas. Creen que la economía, la salud, la ciencia, la industria, la historia, la vida, el mundo, deben ser mucho más fáciles de manejar. No analizan noticias, rumores y opiniones y borran de su mente datos, hechos, información importante, como se borra en el móvil un vídeo que no gusta. No captan que los populismos son la llave para entrar en la mente y corazón de personas poco formadas. La política populista suplanta la voluntad de las personas, no las deja progresar, suele terminar en fracaso, con mucha deuda y aumentan las desigualdades. Hablan mucho de derechos y libertades y menos de responsabilidades y obligaciones. No resaltan el valor del esfuerzo personal para progresar.
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En principio quiero dar gracias a las personas que están compartiendo y participando en este hilo de reflexión, que estamos trabajando y que es un signo de nuestro tiempo. Los comentarios vertidos me han ayudado a ver desde distintas ópticas un fenómeno que está muy vivo en las sociedades actuales y que a mí personalmente lleva tiempo resonándome en el interior. La perspectiva latinoamericana me ha hecho meditar bastante sobre ello y me dio impulso para intentar salir de mi propia perspectiva de europeo, occidental y con una visión corta del fenómeno.
He encontrado una definición que me parece bastante afinada “[…] es un fenómeno político sin ideología característica -puede ser de izquierda o de derecha-, que hace un reclamo a la democracia existente mediante un discurso moral, sostenido por uno varios líderes carismáticos, que construye una identidad-otredad basada en “el pueblo” y “los otros” -con el que se busca desplazar a las élites existentes- y que puede derivar en formas democráticas o antidemocráticas” (Ramírez, 2015)
Tras la lectura del artículo de Wieviorka, las palabras del Papa y otras lecturas sobre populismo, se me vienen bastantes pensamientos a la cabeza:
• La palabra “populismo”, es un término polisémico, presenta significados muy diferentes según dónde y quien lo utiliza, y según Carlos de la Torre, es bastante ambiguo.
• Conlleva una amplia carga ideológica y así podemos encontrarlo tanto de derechas como de izquierdas.
• Ha aparecido a lo largo de la historia en diversos momentos, lugares y situaciones.
• Suele aparecer cuando las instituciones sociales no dan respuestas adecuadas. Este es el caso de la mayor parte de los pupulismos que hoy se están dando en países tan diferentes como son los europeos, americanos, asiáticos, etc.
• Las instituciones y élites imperantes, no dan respuestas adecuadas y las sociedades terminan buscando respuestas simples a sus complejos y graves problemas. Ello está llevando en muchos lugares a divisiones muy profundas en esas sociedades. Se plantean serias dificultades cuando desde la perspectiva ideológica, se enfrentan posturas antagónicas y muy acentuadas entre liberalismo, capitalismo/ marxismo, comunismo u otras de izquierdas, ya que a lo que se está dando lugar es a una división social importante. Las divisiones no llevan a construir una sociedad más justa, sino lo contrario. Quizás esta sea una de las razones por las que los populismos de ambos lados, están creciendo.
• Pienso que otra de las razones por las que aparecen y crecen se puede encontrar en el deterioro de las democracias, y en la falta de respuesta de los tradicionales partidos políticos con sus élites, que buscan más su propio beneficio y el de conseguir votos, que el bien común de sus pueblos.
Ante lo citado suelen aparecer llamadas de líderes, que pretenciosamente intentan ofrecernos respuestas simples, a problemas que son muy complejos, difíciles de resolver, cuyas soluciones exigen tiempo, honestidad y mucho trabajo, pero respuestas que nos gustan porque van en la línea de lo que queremos oir. Estas llamadas, pueden dar lugar a que muchas personas se adhieran a ello sin mucha reflexión y sin pensar en las consecuencias que se pueden derivar.
Creo que debo situarme ante el fenómeno, ante su dureza, su problemática social, con grandes desajustes en la riqueza/pobreza, entre zonas del mundo con el “estómago lleno” y aquellas otras donde casi todo es necesidad. He de cambiar mi perspectiva de europeo, y tratar de mirar y reconocer otras realidades. En la medida en que como individuo, persona, cristiano, me resitúe, es posible que vea las cosas de otro modo y empiece a actuar de otra manera.
¿Porque creo que surgen y crecen los populismos?.
Las leyes que rigen la comunidad de cada uno de los países no son perfectas, o quizás lo fueran en el momento en que nacieron, pero el tiempo las va alejando de la realidad del día a día, a la espera de nuevas modificaciones, creando descontentos, que se magnifican por parte de algunos, no siempre dando informaciones veraces, y buscando su propio provecho o el de la corriente que lo protege. Aprovechan y atizan el campo de los miedos de los que reciben el mensaje, un pueblo que viene de unos años de crecimiento constante y que teme la perdida de lo conseguido, en lo económico, en lo social, en lo intelectual …, que cree lo que recibe por pura comodidad, sin hacer ningún esfuerzo de pensamiento contradictorio, siempre que le resuelva su miedo a
– La inmigración.
– El racismo.
– El nacionalismo.
– La diversidad.
– La globalización.
– Últimamente, el miedo a la pérdida de la hegemonía mundial.
– Etc.
Aquel que dice que nos resuelve esos miedos, normalmente con soluciones fáciles que no nos obliguen a nada, aunque tengamos la duda de que se puedan llevar a efecto, consiguió interesarnos por un tiempo, y nosotros invitaremos a otros amigos nuestros a seguir sus ideas y ayudar a su crecimiento.
Me planteo interrogantes como estos: ¿Por qué a tantas personas les parecen bien soluciones no válidas?
¿Será que confían en exceso en líderes que tienen poca o nula experiencia? ¿Cómo se justifica esa confianza? ¿Será qué esas personas tienen poca capacidad crítica? ¿Será que “tragan” sin más lo que digan sus líderes? ¿Será que creen que “los ricos” son los que complican innecesariamente los problemas para no perder control? ¿Será que desean congraciarse con el leader? ¿Será que “pasan”? ¿Será miedo a llevar la contraria? Me planteo preocupaciones como estas: Cuando la solución aplicada no funciona, a veces se opta por aplicar otra solución que tampoco es válida, pero que es más restrictiva en derechos humanos, económicos, etc. Se repite el fallo. Me preocupa pensar hacia dónde va este recorrido. Las soluciones falsas a problemas reales suelen ser caras, a menudo parece dinero poco o mal aprovechado. Sin dinero no se puede progresar. Las deudas siempre se pagan, a veces se paga mucho más de lo prestado. Se puede demorar el pago de la deuda. Cuanto más se demore más se paga.
Me sitúo ante el fenómeno del populismo con una actitud de escucha desde la que trato de percibir la situación real concreta; percibirla para comprenderla… no me sitúo en una actitud analítica, sin despreciar los datos, pues son personas concretas, con situaciones concretas que hay que considerar y comprender.
He encontrado un rayo de luz, que me ha ayudado a situarme, comprender y hasta orientarme en las diversas percepciones del populismo, la dirección por donde afrontarlas. Esta luz se me ha hecho presente cuando he escuchado: “La ideología es cualquier respuesta global y absoluta que resuelva la cuestión del sentido de la vida, prescindiendo del ser humano concreto”. Para mí esa manera de entender la ideología me sirve de termómetro para percibir los diversos populismos existentes. Detrás de esa concepción de la ideología, está la persona de Marcel Légaut, que ha ocupado la mitad de su vida en buscar y vivir la espiritualidad como una “Fe en el misterio insondable de sí mismo, del otro y de Dios, y fidelidad al sentido y misión de la propia vida, que se descubre en los acontecimientos, la memoria de lo vivido, las pre¬sencias interpelantes –sobre todo la de Jesús– y la escucha interior”.
Reconozco, que los diferentes populismos, de una manera diferente, responden a algunas expectativas o necesidades humanas y eso es algo a tener presente, además de interpelante. Desde ahí trato de comprender la situación de tantas personas, en las periferias existenciales y sociales, pobres, excluidas, descartadas que buscan simplemente sobre vivir; otras que, teniendo la supervivencia asegurada, ante el fracaso de sus sueños, afectos o promesas huyen de su vida y de la vida y tantas otras situaciones inhumanas que, al no encontrar calor, cercanía, ternura, acogida…, se convierten en candidatos a que les encuentre un “personaje” sin alma, o con ella, que les ofrece un canto de sirena, que dada su situación parece que les ha llegado su hora, si a esto añadimos el clima de euforia, que se crea en el entorno del “personaje”, por los forofos de turno, sea musical, político o deportivo, fácilmente se dejan llevar, a veces hasta extremos insospechados, y oxigenan así su vida vacía de sentido.
Alcira Argumedo, en su libro Los silencios y las voces de América Latina, plantea cómo desde antes de la colonia, y luego durante los siglos siguientes hasta hoy, estas voces acalladas por otras más fuertes y poderosas se han sostenido, pudiendo de tanto en tanto hacerse escuchar. Coincido con ella: el sentir popular (denominado populismo desde la vereda capitalista y postcapitalista) ha encontrando modos de expresarse a lo largo de los siglos en nuestra Latinoamérica. Ahí surge el sentir de pueblo, ahí surge el populismo que estamos tratando de comprender. Creo que muchas veces ha sido con revueltas que resultaron sangrientas y con muchas pérdidas de vida, pero las más, han sido a través de la llegada democrática al poder, y siempre han sido fieles a buscar la distribución más justa de las riquezas, a la autodeterminación de los pueblos, a la independencia económica. Decisiones que desde otra visión del mundo es cuestionada a punto de no reconocer que el pueblo no es manipulado sino que sabemos lo que necesitamos y elegimos a quienes nos acercan un poco más al logro de nuestros derechos. Aquí en América convivimos con una hermosa cosmovisión de nuestros antepasados: somos une con la tierra. Esa imagen de unidad e integración en un todo nos aleja de la idea de lo privado, personal y meritocrático que nos propone el dios mercado y que nos enseñan en casi todas las escuelas. Mi percepción desde aquí es que existe una manipulación de la información que estigmatiza y demoniza a lo antiliberal mientras que al mismo tiempo a todo lo que se le oponga se lo cubre con un manto de santidad e incorruptibilidad. Quién es libre de tirar la primera piedra? Partir de lo común para que nadie quede afuera de la Casa que el Padre nos dio para compartir es lo que debe mover cada búsqueda y cada decisión. Y es escuchando todas las voces posibles como podremos comprender y acoger a quienes piensan y desean una convivencia diferente, sin apedrearles ni temerles. Somos hermanes. A veces la impotencia frente a discursos mediáticos que el mismo Francisco denomina fake news, trascienden mentiras sobre ambas caras de la moneda. Me pregunto por qué muches (y me incluyo) tendemos a creer a una de esas miradas, pensando en que el pueblo latinoamericano no sabemos elegir, o no tenemos formación democrática, o nos dejamos engañar por promesas falsas… hay un cantante argentino Litto Nebbia que repite un dicho popular “cuando la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”. Agradezco que podamos tener este intercambio de relatos y percepciones.
Esta pregunta da por hecho que todos los llamados populismo son peligrosos. Crear las condiciones para que las personas menos favorecidas tengan la oportunidad de crecer y desarrollarse es, a mi modo de ver, lo que representa el ideal de gobierno posible. Por cierto, y reitero, que muchos gobiernos gerenciales del capital mundial, acusan hipócritamente de populistas a quienes crean estas condiciones favorables.
El populismo, como instrumento de sistema de USO de las personas para enriquecerse y nunca permitir que la “derrama” económica llegue a ellos, surge por este sistema perverso intencional. Usar, engañar, perpetuar en la ´pobreza tiene como causa la perversión de la clase política y los interés inconfesables de las trasnacionales.
Por otra parte, si se quiere ver en las personas que forman los pueblos, la causa de estos populismos expoliantes, se podría decir la débil conciencia de sus derechos y la convicción de su poca dignidad. Como vemos las causas son exteriores (sistema político neoliberal de desarrollo) e interiores (la conciencia cruel de su indignidad).