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5º. Mirar al mañana con esperanza

By 21/03/2021Sin categoría

Introducción

Algo tiene que cambiar después de este tiempo de confinamiento, desde la esperanza y la ilusión; sabemos que existe el contra-pensamiento de que nada va a cambiar porque tendemos a resistirnos y volver a nuestras rutinas e inercias desde la desesperanza, el pesimismo y una cierta toxicidad de diálogos. Hemos dedicado también tiempo para buscar a quién echar las culpas, responsabilizarle de la desinformación y de la gestión entorpecida. Pero este tipo de diálogos no nos permiten crear un nuevo movimiento vital para el reencuentro humano y el cuidado de los unos a los otros.

Lucas 16, 1-8

Hago mi relato y lo comparto

Plegaria

6 Comments

  • Maite dice:

    Son muchos los motivos que me sugieren que las cosas van a cambiar para bien. Estamos más sensibles a observar una realidad que si estamos aislados es cuando nos damos cuenta de cuanto necesitamos de los demás.
    Observo cuántas entidades están desarrollando programas para atender a las personas mayores. Hoy mismo me ha llagado un proyecto para sensibilizar y apoyar a las personas que viven en las Residencias. Principalmente para acompañar y paliar la soledad. Desde la actuación a necesidades concretas y cercanas hasta proyectos más a largo plazo para llegar a la raiz de muchos problemas que se han hecho evidentes en esta situación.
    Otra experiencia de esta semana ha sido presentar en el Parlamento de Navarra la labor de atención a la Persona Mayor que se está desarrollando en el Barrio especialmente en este año de pandemia y todos los partidos políticos han reconocido y valorado positivamente la necesidad de generalizar en el resto de la Comunidad. (También les hemos hecho ver la necesidad de financiación y estamos esperando su respuesta).
    Eso, quiero pensar, responde que ya hay un proceso de transformación personal que anima a una transformación colectiva. Quiero ver un movimiento para reencontrarnos con la humanidad y cuidarnos los unos a los otros.
    En el evangelio de Lucas encuentro una vez más una invitación que me hace Jesús a compartir mis potencialidades con los demás y sobre todo con estar atenta a acompañar y apoyar a los más necesitados. Y necesitados somos los pobres y ricos y los medianos.
    Personalmente el participar en estas reflexion propuestas en este programa durante esta cuaresma me ha ayudado a asumir la realidad con los gozos y las sombras de cada día.
    Pido al Señor me ayude con su fuerza y serenidad a sentirme cada vez más entregada a su causa y me de la alegría de sentirme un poco resucitada. Que lo necesito.
    Y les doy las gracias a las personas que han colaborado con su entrega a que esta experiencia me haya llegado.

  • Nacho dice:

    Hasta ahora, no podemos concebir cómo nuestro mundo va a ser transformado por COVID-19. Pero se transformará. Esta crisis dará lugar a nuevos comportamientos, nuevas expectativas, nuevos procesos y nuevos modelos de negocio. Cuando salgamos del otro lado de la crisis – que un día lo haremos – encontraremos que este período de transformación ha servido como un catalizador para la renovación y la esperanza en que podemos seguir creciendo como humanos.
    Para abrir caminos de futuro estoy convencido que el punto de partida está en mí, si quiero contribuir a mejorar el mundo, la sociedad, la familia, el grupo… tengo que empezar yo por transformarme, centrarme, ser coherente, y eso como un proceso, no es algo instantáneo y momentáneo. Para mí no es posible un cambio social profundo, sin que se inicie y acompañe un cambio personal profundo. Por eso la experiencia de vulnerabilidad vivida en esta pandemia me ha ayudado a asumir esta etapa de la vida como una oportunidad para seguir creciendo como persona y en mis relaciones. Concretamente siento la llamada para promover en mi pueblo un grupo de personas que prestemos atención al cuidado de las personas mayores en su soledad, preocupaciones, enfermedades… Estoy elaborando un plan que se pueda iniciar en el momento en que sea posible. La distancia física de familiares, amigos y compañeros y compañeras me ha estimulado a valorar y cuidar más los encuentros con las personas, dedicar tiempo a la escucha, compartir y colaborar. El tiempo de confinamiento me ha permitido cultivar un pequeño huerto cerca de casa. Ha sido una experiencia pedagógica el aprender lo importante que es preparar el terreno, crear las condiciones para la siembra; es extra ver como germinan las semillas; prestar atención al crecimiento, combatir de forma ecológica las plagas; cosechar es sentir como algo propio y a la vez como un don y, finalmente compartir los frutos…
    Como parte del Servicio de Animación Espiritual, creo que tenemos que estar muy atentos y vigilantes a la situación pos-pandemia en nuestra sociedad y en la misma Iglesia. Dos son las dimensiones que tenemos que prestar atención y que son complementarias. En primer lugar, tenemos que continuar en el empeño de ejercitarnos en la “Escucha de los signos de los tiempos desde la vida cotidiana” para poder discernir, como grupo, las preguntas que demandan nuevas respuestas. Y, en segundo lugar, tenemos contribuir, como grupo de servicio, a despertar, motivar y acompañar a personas y grupos para que desde su vida cotidiana -que importante es asumir esta dimensión humana-, nos replanteemos la vida y el estilo de vida siguiendo a Jesús, y poder así unirnos a la llamada del Papa Francisco a una Iglesia en salida, y poder aportar una nueva humanización del mundo actual.

  • Cristóbal dice:

    Esta semana se nos propone un tema muy reconfortante e ilusionador, se nos pide que miremos con esperanza hacia adelante. En este tiempo de dificultades, en que nuestra tendencia a ver negatividad, cansancio, desesperanza, como siempre la buena noticia de Jesús nos plantea la situación a la contra, no por llevar la contraria, sino por ayudarnos en nuestro caminar por la vida. Se nos pide no una esperanza hueca, sino una esperanza confiada que nos ponga en marcha a nuestro trabajo personal y colectivo para la superación de los tiempos difíciles.
    También se nos pide creatividad, ingenio e incluso como se señala en el texto de Lucas, astucia para buscar esas alternativas a lo que los tiempos actuales nos presentan a las personas y a las sociedades, también como no a la propia Iglesia como institución, pero institución que depende un poco de cada uno de nosotros.
    Personalmente se me ocurre poner mi capacidad de ingenio y creatividad en la búsqueda de vías para ayudarme a mí mismo y a otros a la acogida de este mensaje nuevo, esperanzado y siempre válido de Jesús. Probablemente ahora tenga que ponerme las “pilas” en este terreno de la red y de las tecnologías para ponerlas al servicio de la fe y el servicio a los demás.
    En resumen, como respuesta a la pregunta que se hace al final de los comentarios al texto de Lucas, pido a ese dios que me ayude a buscar y conocer lo que puedo hacer para que esta crisis, no arruine mi vida, sino que la haga crecer. Ayúdame a “sentirme uno, con ese mundo lleno de seres vivos, con una humanidad llena de esperanzas y de sufrimientos, de gozo y de problemas”, pero sobre la que se ha derramado en sobreabundancia la energía divina que espera que yo contribuya a distribuirla y manifestarla dentro de mi pobreza y pequeñez.

  • Rafy dice:

    Queridos todos, desde la reflexión y agradecimiento voy a compartir con vosotros mi llamada del espíritu para seguir sirviendo a los demás con la Fraternura que sale del corazón! Y estoy decidida a continuar vivir “mi nueva vida” ( recientemente tengo daño en la primera neurona motora y estoy con algunas limitaciones físicas) a seguir administrando lo mejor que sé todos los dones que he recibido del Señor !
    Seguiré cuidando la Fe como el gran valor para seguir recibiendo bendiciones fortaleza en la salud y con la confianza de saber que Dios es padre y misericordioso! Nunca abandona a sus hijos que cumplen su voluntad por muy difícil que sea de entender
    Todo lo he recibido para entregar mis capacidades en lo que me suceda!
    Abrazos con Fraternura Esperanza y colaboración por un mundo mejor
    Rafy

  • amparo dice:

    Mi experiencia en este tiempo de confinamiento he procurado vivirlo con responsabilidad y sin perder la esperanza, es cierto que al principio pensaba que las cosas iban a cambiar que todo iba a ser mejor, en la sociedad en la iglesia… Después llegue a pensar por lo que oiamos en las noticias, los enfrentamientos entre los que debían dar ejemplo de unidad para sacar a este país adelante. Y lo poco que la iglesia institución decía, ( no hablo de caritas ni de movimientos de base que han estado a pie de obra intentando minimizar los efectos de la pandemia entre los más vulnerables), sino de la falta de presencia eclesial, animando y acompañando a quien lo necesita.
    Pero ahora después de un año sin apenas salir, sin compartir con amigos y familia, sin abrazos ni con los hijos, si que pienso que algo esta cambiando desde lo más hondo, las personas necesitamos relacionarnos, compartir experiencias, reirnos, llorar, que alguien nos escuche, estar juntos…
    Mi impresión es que la gente se siente más sola y está empezando afectarnos anímicamente; y esas emociones que salen de lo más profundo de nuestro ser, estoy convencida que están cambiando desde dentro nuestra realidad, poco a poco.
    Las nuevas tecnologías me han dado la oportunidad de poder ver y compartir con amigos y con el grupo y me ha ayudado a seguir mi camino, a continuar buscando, más limitada pero con las mismas ganas de poder seguir soñando con intentar hacer de este mundo un mundo mejor.
    después de leer la plegaría, quiero una humanidad llena de esperanza, convertirme en dadora de vida y creadora de comunión, abrirme a su presencia activa, hacer crecer VIDA a mi alrededor.
    Amparo

  • RM dice:

    Saber que necesitamos. Analizar por que y, si de verdad lo necesitamos. Aprender a pedir olvidando el orgullo, superando la timidez y, pedir a quien de verdad nos quiere.
    El ejercicio de humildad es importante para nuestra vida, ser humilde para reconocer como somos y aceptarnos, facilita el perdón a uno mismo y a los demas. Éstas son las conclusiones a la que he llegado, después de hacer una introspección en mí. El sigiente paso es encontrar la fuerza para practicarlo. Tengo fe, y se que con la ayuda de Jesús lo iré consiguiendo.

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