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Cumplir años o dar vida a los años

Hace poco recibí una llamada de un amigo de la infancia, me dijo claro y directo, “mira queremos saber cuándo vas a estar en el pueblo, pues los que nacimos el mismo año queremos hacer una pequeña fiesta de cumpleaños”. Mi respuesta fue clara: el 27 de Noviembre. Y así ha sido. Quiero comunicar lo que con mis compañeras y compañeros esta mañana en la celebración he compartido.  

Voy experimentado que el don de los años se concede a muchas más personas de las que se percatan de que estos años finalesson un don, no un lastre. Veo que no todo el mundo que vive estos años los entiende, ni los acoge con agrado.

Para mí está siendo un periodo especial de la existencia, quizá el más especial. He tenido que superar el miedo, tan extendido en nuestro mundo occidental, a hacernos mayores y, a la vez,
descubrir la belleza de lo que significa envejecer bien. Para ello me haayudado estar convencido de que lo importante en la vida no es la edad, el número de años que conseguimos arrancarle. No; lo importante es la forma de envejecer, el ir viviendo los valores y las oportunidades que se nos ofrece en cada estadio de la vida.

Me he tenido que formular esta y otras cuestiones, sin rodeos: ¿qué sentido tiene esta etapa de la vida? ¿cuál es la finalidad de todos estos años extra, los que paso al margen de sistemas, más
allá de instituciones…?¿es tiempo de agonía? ¿se trata de esperar a que desaparezca? Y si es así, ¿Qué puedo hacer para afrontarla con cierta alegría, con algo de dignidad?

Voy haciéndome consciente de que cada periodo de la vida tiene una finalidad. Esta última etapa me concede tiempo para asimilar todas las anteriores. La tarea de este periodo de la existencia no
consiste sin más en aguardar la llegada del fin de mis días. Me resisto a ello, no por tozudez, sino por la fuerza vital que siento, después de la larga experiencia de logros y fracasos, en la vida personal y la actividad pastoral.

Dos dimensiones de la vida me están ayudando, la primera de ellas, me ha acompañado toda la vida, es la de soñar, la búsqueda y la segunda, que voy aprendiendo en esta edad, son mis limitaciones.

Los sueños me revelan la verdad básica de la vida; los años son un fenómeno biológico, el espíritu es eterno. La edad biológica no nos define. En el ser humano hay una fuerza vital que nunca muere. Esta fuerza es la que nos demuestra que edad no nos fosiliza. Es ella, impetuosa y motriz, la que nos empuja a vivir nuestra existencia, con independencia de qué edad tengamos.

Para mantenerme vivo, plenamente vivo, debo abrirme al sueño eterno de la vida. Debo soñar con ser mañana mejor de lo que he sido hoy. No tengo derecho a renunciar a crecer sólo porque muchos consideren que, con la vejez, se ha eclipsado esa posibilidad. Se trata de la capacidad de los seres humanos para cambiar de parecer, para comenzar de nuevo, para volver a empezar, cosa que solamente podemos hacer los mayores, pues la juventud es, por sí misma, cambio, comienzo…

La otra dimensión, que me está ayudando a vivir de otra manera a esta edad, son las limitaciones.  Los límites físicos que marcan mi vida más que en otras etapas, son sólo eso. Son límites, no barreras. Nos limitan, pero no nos detienen.

Los límites me alertan sobre las necesidades de otras personas, me ayuda a caer en la cuenta de las necesidades ajenas. Me abren más a las otras personas.

Ser consciente de mis límites me brinda la oportunidad de aprender a ser más humilde y más paciente. Ya no soy tan arrogante como solía ser en mi juventud. Por eso estoy aprendiendo a no esperar resultados inmediatos, soy capaz de intentarlo de nuevo…

Finalmente, las limitaciones son una oportunidad para abrirme a los demás, a contar más con ellos e invitar a otras personas a involucrarse en bien de los demás.

5 Comments

  • Monny dice:

    El cumplir un año más de vida. es una inmensa alegría. Yo vivo el hoy, el ayer ya pasó. Nadie tiene asegurado que habrá un mañana. Debemos actuar, vivir, hacer todo lo mejor posible. Siempre tomando la vida POSITIVAMENTE. Si ocurren cosas ó detalles malos, tomarlos como enseñanza para mejorar y crecer interiormente. con una sonrisa siempre, no importa que uno este en soledad total. Valorarnos nosotros mismos, agradecer a nuestro Señor Dios por permitirnos respirar, sentir, y la gran capacidad de pensar, aprender siempre Positivamente; los tropiezos de una vida son los mejores alicientes que algunos tenemos. Nos dan más fuerza para levantarnos con más energía, y así ponemos mas minuciosidad para que lo siguiente sea mucho mejor, y de manera más positiva, nunca desfallecer. Y si llega la noche…

  • ANTONIO dice:

    Maravillosas palabras las de nuestro amigo Nacho. Por supuesto, cuando llegamos a la edad madura, cuando nos independizamos de las resposabilidades del trabajo, cuando entramos en lo que se llama la «Tercera Edad», se puede caer en el error de que ya no se sirva para mucho, que los jóvenes que vienen detràs nos empujan y desplazan.

    Pues creo que esto es una gran equivocación, pues mientra se tenga aliento hay vida y si hay vida hay que vivirla cada día y cada momento, hay que hacer camino continuamente. Jugamos con la ventaja de miramos las cosas con mas precisión, mas despacio, con mas tranquilidad, y esto nos proporciona una visión mas real de las cosas que nos rodean.

    Por supuesto, como dice Eduardo Galeano hay que seguir intentando alcanzar la UTOPÍA.

    • Ana dice:

      Que nivel el de todas las criaturas que han contestado al comentario: «Cumplir años o dar vida a los años».
      Compartir vida, sueños, proyectos, tristezas y alegría, es para mí un don que me ayuda a seguir caminando en compañia de tantas personas que creemos que podemos mejorar el mundo. Manos a este trabajo y……..a dar buenas noticias, muchos elogios y millones de abrazos.

  • Charo dice:

    ¿Cumplir años o dar vida a los años?… quizás encontremos aquí una respuesta: http://youtu.be/m-pgHlB8QdQ
    Merece la pena escuchar a Eduardo Galeano y después reflexionemos sobre lo que nos dice, a ver si no somos capaces después de dar vida a los años…

    Un abrazo a todos/as. Os quiero un montón y me hace sentir bien saber que estáis ahí.

  • M Dolores dice:

    Hola Nacho, he leido en este momento tu ultimo escrito y como siempre me gusta mucho como vives y como explicas tus experiencias.

    En este tiempo tan especial, con dificultades tan generalizadas que a todos nos afectan, ha veces es dificil parar a reflexionar en que momento de nuestra vida estamos.

    Quiero decirte que el martes pasado fué la primera reunión de mi grupo de IDR de mi parroquia, de esta temporada y aunque el libro de este año sigue siendo denso y pesado, la reunion quedo bastante bien, porque participamos mucho todos, parece ser que esto será la tónica de esta curso
    y aunque la «renovacion» es tan interior que no llega a percibirse, al menos el ambiente en general fue muy agradable.

    Un beso

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