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COMPARTIR VIDA AYUDA A CRECER ESPIRITUALMENTE

By 12/12/2018Experiencias

Aprovechando el puente de la Constitución y la Inmaculada, el Grupo Español del MMM ha vivido su convivencia en una casa rural de un  bellísimo pueblecito blanco de la Axarquía malagueña.

Hemos vivido unos días intensos, profundos y muy alegres en los que  la meteorología nos ha acompañado con un sol espléndido y unas temperaturas muy agradables. Esta descriptiva introducción de las condiciones  físicas del encuentro, son prólogo para narrar la importancia con la que hemos vivido y disfrutado todos los participantes en  este encuentro.

El trabajo llevado a cabo durante estos tres días, se centró sobre la nueva reformulación del Itinerario: “JESÚS … UN CAMINO.- (Se aprende caminando)”.   Hemos orado, reflexionado sobre el documento del itinerario, sobre la vida que vivimos y los momentos actuales de la sociedad y de la Iglesia, pero especialmente hemos compartido “vida”, nuestra vida, a través de poner en común experiencias vitales de los presentes, todo ello en un clima de alegría, profundidad y comunión de vida, que nos hizo sentir muchas veces como el Espíritu  de ése Jesús Viviente, se encontraba presente alentando nuestro compartir.

Tras un primer momento en que cada participante narramos las novedades, expectativas, preocupaciones y ocupaciones en que nos encontramos, pasamos a un intenso momento de oración comunitaria con la que arrancamos la mañana del primer día, para continuar  viendo que los tres itinerarios son interdependientes pero sin que  sea necesario llevarlos a cabo en un orden determinado, más bien constituyen como tres ejes para crear un dinamismo de “reiniciación espiritual”. A lo largo del día y del siguiente fuimos recorriendo cada uno de los pasos del itinerario, centrándonos en aquellos aspectos  más relevantes, ello nos llevó a cuestionarnos ¿Desde  dónde nos acercamos a Jesús?, para pasar  por nuestra propia experiencia de discernir, todos tenemos experiencias de haber tomado decisiones. Se compartieron  experiencias profundas en este sentido. Seguimos con el 4º paso “Morir con Jesús para vivir por Cristo”  Centrándonos  en hacer memoria de  la vida, pasión y muerte de Jesús, para finalizar con la Resurrección y las experiencias de los discípulos con Jesús-Viviente. Este paso dio lugar a un intenso y profundo momento en el que se compartieron comunicaciones  que nos ayudaron a sentirnos muy cercanos, en un clima de crecimiento espiritual.

Personalmente quiero manifestar que la convivencia ha supuesto para mí una  profunda experiencia de crecimiento espiritual, de ahí  el sentido que intenta transmitir el título de este comentario. Ha sido un encuentro en el que  hemos “vivido” intensamente, hemos disfrutado, reído, orado, descansado así como compartido en las dos eucaristías celebradas, de una manera muy participada y acorde con las festividades y el contenido del encuentro. En resumen hemos compartido vida y hemos crecido como personas y  como grupo, todo ello en el espíritu del Señor.

Cristóbal Pino

One Comment

  • feliciano dice:

    Convencido de que una de las lagunas más acusada entre muchos cristianos, es precisamente, la falta de unión para compartir eso, la vida.- Somos muy dados a ir por libres, nos falta una buena dosis de humildad, para abrirnos entre nosotros y comunicarnos nuestros fallos y progresos en la vida cotidiana de cada día, a través de la cual avanzamos en una experiencia positiva o, por el contrario, nos estancamos.- Sí, necesitamos compartir nuestras vivencias, la oración, las experiencias vividas en nuestra relación con la gente, el progreso espiritual que observamos en nosotros, también nuestros fallos y errores; necesitamos apoyarnos los unos sobre los otros, el camino puede resultar pesado y vernos en la necesidad de que alguien nos ayude.- En el adviento resuena con fuerza la invocación «Ven, Señor Jesús», si deseamos su venida, no es para guardárnosla para que se pudra dentro de nosotros, es para ponerla en común en bien de todos.-

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