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Desafíos postelectorales

Partidos 2Ciertamente las elecciones del 24 de mayo han convulsionado la sociedad española. Ninguna persona puede quedar ajena a la nueva situación sociopolítica actual, que se presenta desafiante. La nueva situación de la sociedad española ha puesto de manifiesto que la “cosa pública” no es una cuestión que solo afecte a los “políticos”, sino que es algo que nos atañe a todos y ante la que no podemos quedar indiferentes. Con ello no quiero decir que todas las personas tengamos que intervenir directamente en la “política partidista”, pero sí tenemos que tomar una actitud más activa frente al bien común que nos afecta a todas y a todos.

¿Cómo veo yo el desafío de la actual situación sociopolítica española?

En la no muy larga experiencia democrática en la sociedad española, la novedad de la situación actual, políticamente hablando, está en que por primera vez nos encontramos ante una pluralidad de opciones políticas, que sin duda expresan mejor la realidad de la sociedad española. Atrás queda el régimen totalitario, los pactos de Moncloa -que hicieron posible, en su tiempo, un pasaje de una situación impositiva a otra más participativa- y ahora nos encontramos ante el desafío de dejar atrás la “alternancia” política, que parece estar llamada a desaparecer como forma de gestión política, que sin duda ha ayudado a madurar hacia una sociedad más democrática, pero que nos ha llevado a una política y una vida social de confrontación permanente en todos los ámbitos de la vida.
Para mí el hecho de que los “políticos” tengan que cambiar su chip de “confrontación” entre lo mío o lo tuyo, o, entre mi visión y estilo de acción o el tuyo, significa que ellos tienen que dar un salto cualitativo del “nada contigo” al “necesito caminar contigo”. Esto que nos parece tan natural, que es lo que debería ser, pues ahora la situación actual que estamos viviendo es -espero que sea- una ocasión singular de experimentar como más humano y más constructivo “caminar con…”, que “caminar en solitario” como persona o como partido, puesto que si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina con otros.
Este salto cualitativo es algo que sin duda tienen que dar los políticos, pero es algo que también tenemos que dar los ciudadanos. No podemos quedarnos como espectadores a ver: “qué partido pacta con otro o con otros”; “si la izquierda se une contra el centro derecha”; “si el grupo catalán va a instalarse en todo el estado”; “si los derrotados son los independentistas”… Son las voces que he oído yo en esta semana que termina. El desafío consiste en sentirse implicado, lo que lleva a plantearme qué significa eso para mí como ciudadano, además ciudadano que tiene como referente a Jesús de humanización plena.
Yo me encuentro diariamente con personas, unas veces conocidas, otras veces desconocidas, con mi familia, con los grupos que me relaciono, en el pueblo donde estoy, en la escalera donde vivo… en todos esos encuentros tengo que vivir la dinámica de la autonomía propia y ajena; la escucha y el respeto a las diferencias y su derecho a expresarse como tales; aportar y acoger; crear, producir y compartir… Vivir mi vida, pero siempre tener presente a las personas con las que convivo. Creo que si trato de vivir lo cotidiano con esa actitud empática que camina, siente, hace con otras personas, espero poder contribuir a crear un clima de búsqueda y diálogo que amortigüe la competitividad de nuestra sociedad consumista.
También espero contribuir a la propuesta de “es posible otra humanidad”, mediante “encuentros” que ofrezcan oportunidad a personas concretas para que tomen su vida en sus manos, que reconozcan lo cotidiano de sus vidas como algo que les pertenece y que son ellas mismas las que tienen que vivirla. Estos encuentros se realizan con itinerarios que ofrecen unas pistas para que cada persona se adentre en su propia vida cotidiana y se abra al intercambio con otras que, además de ayudarle a conocerse y aceptarse, le lleve a acoger y aceptar a las otras personas en su singularidad lo que nos tiene que abrir progresivamente a “sentir-con” las otras personas, hasta poder llegar a descubrir a las otras personas como “nada sin ti”, “nada sin vosotras”, es decir, que sin la aportación que le es propia la vida, el proyecto, la acción no es lo mismo…
Pero esto es una invitación a dar otro salto cualitativo, que sin duda es fruto de acoger la vida como única y como don del Amor que se nos ofrece, para algunas personas dirán que eso nos lo ofrece la “Vida” o la “Energía” que anima el mundo, pero que para mí es el Dios manifestado en Jesús, que con su estilo de vida lo acojo y reconozco como un referente singular -entre tantos otros referentes que he tenido en mi vida (padres, profesores, amigos, amigas…). Ese reconocimiento y acogida de los referentes en mi vida, lo principal que me aportan es la confianza en mí mismo y en los demás, es como si despertaran en mí esa voz interior que me dice “¡Tú puedes!”, tú eres capaz, tú tienes las fuerzas necesarias para hacer frente a esa situación, a ese conflicto, a esa nueva etapa de tu vida…, que sin duda me ayudan a vivir de otra manera mi vida. Mis referentes, y en especial Jesús el Viviente, no es que me dén información, sabiduría o soluciones, simplemente siento que potencian mi voluntad de seguir el camino de vivir mi vida y mis relaciones de forma más justa, más fraterna y solidaria…
Espero y deseo así contribuir a que la oportunidad que se nos presenta en esta situación postelectoral hagamos todos y todas una sociedad más justa, más fraterna y solidaria, y hasta más ecológica…

Nacho

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