Me alegro de no estar en nuestro país durante dos meses, sobre todo por no haber asistido al espectáculo de la campaña electoral, aunque he tenido que soportar otras dos campañas en los países en que he estado, lo que me ha servido para contrastar y despertar en mí ciertas cuestiones, que quiero compartir.
La primera es ésta: ¿La elecciones son un ritual o una oportunidad? Decir ritual para mí significa el cumplimiento de una norma establecida para vivir, algunos con apasionado sentimiento partidista, en democracia y elegir nuestros representantes para gestionar el país, región, municipio. Oportunidad, para mí, significa ir más allá de la norma y pensar que es una ocasión para pensar y decidir la primacía del bien común sobre los particulares, lo universal sobre lo contingente, la voluntad de las mayorías sobre las minorías…
La segunda es ¿en qué medida las elecciones son solamente para elegir nuestros representantes o son simplemente un momento de nuestra participación en la construcción de bien común, comenzando por lo que nos es más cercano, como es nuestro municipio, nuestro pueblo, nuestro barrio…?
La tercera cuestión me viene de la constatación que vivimos en un mundo globalizado y consumista, no importa si el primero o tercer mundo ¿es posible en “este mundo” ser ciudadano y dejar de ser súbito del mercado? O dicho en un lenguaje más popular ¿Vamos a votar con la misma actitud con que vamos al supermercado?
En este día de elecciones, comparto este texto, conocido por la mayoria, y me pregunto ¿votariamos a la persona que nos presentara este programa para mejorar nuestro futuro?
“¡No sois máquinas! ¡Hombres es lo que sois!
Lo siento mucho, pero no pretendo ser un emperador.
No es ese mi oficio. No pretendo gobernar ni conquistar a nadie.
Me gustaría ayudar -si es posible-a judíos…negros…blancos.
Todos deseamos ayudarnos los unos a los otros. Los seres humanos somos así.
Deseamos vivir para la felicidad del prójimo, no para su infortunio.
¿Por qué habríamos de odiarnos y despreciarnos?.En este mundo hay espacio para todos.
La tierra, que es generosa y rica, puede proveer a todas nuestras necesidades.
El camino de la vida puede ser el de la libertad y de la belleza, sin embargo nos extraviamos.
La codicia envenenó el alma de los hombres, levanto en el mundo las murallas del odio…
y nos ha hecho avanzar a paso de ganso hacia la miseria y la muerte.
Creamos la época de la velocidad, pero nos sentimos enclaustrados dentro de ella.
La maquina que produjo abundancia, nos ha dejado en la penuria.
Nuestros conocimientos nos hicieron escépticos; nuestra inteligencia, empedernidos y crueles.
Pensamos demasiado y sentimos bien poco.
Más que máquinas, precisamos de humanidad.
Más que de inteligencia, precisamos de afecto y ternura.
Sin esas virtudes, la vida será de violencia y todo estará perdido.
En este mismo instante mi voz llega a millones de personas por el mundo….
millones de desesperados, hombres,…mujeres,…niños..,
víctimas de un sistema que tortura seres humanos y encarcela inocentes.
A los que me puedan escuchar digo:”!No desesperen!”.
La desgracia que ha caído sobre nosotros
no es mas que el producto de la codicia en la agonía…
Los hombres que odian desaparecerán, los dictadores sucumben
y el poder que del pueblo arrebataron ha de retornar al pueblo.
Y así, mientras mueran hombres,
la lucha por la libertad nunca perecerá.
CHARLES CHAPLIN
Ánimo con ganas de seguir en la búsqueda, con esperanza y trabajando codo a codo, la luz llega.
Nacho, se ve que hemos coincidido en el tiempo a la hora de hacer reflexiones en este día… yo me sumo desde mi blog (http://ahorrocrisis.blogspot.com/) con la entrada del día y añado un enlace de tus reflexiones, al final de la entrada. Un beso.