Skip to main content

La interioridad es el reconocimiento del propio ser individual y personal

By 05/08/2015Experiencias

InteriroridadConozco poco de espiritualidad, tanto oriental como occidental, en cuanto a estudios y lecturas. Así pues, solo puedo hablar desde mi experiencia.
Para mí la interioridad es el reconocimiento del propio ser individual y personal. Es eso que reconoces perdurable en toda tu vida, aunque haya cambiado mucho a lo largo de ella. Es tu yo. Esto que parece tan obvio del conocimiento humano, percibo que tenemos grandes dificultades para captarlo hoy en día. No sé como seria en otros momentos de la Historia.

Ese reconocimiento interior propio, también me doy cuenta que es y ha sido muy importante en el desarrollo de mis vivencias, historia y personalidad.
Practico yoga desde hace años, en plan de ejercicio físico pero reconozco, que en tantos años me ha ayudado mucho a conocerme, manejarme y entenderme por dentro. Me ha ayudado a percibir las cosas y los acontecimientos de la vida de forma pausada y reflexiva, lo cual ha sido para mí muy práctico y sigo en ello. El ejemplo del mar es muy ilustrativo, en la superficie hay viento, olas, ruido, movimiento…mientras estás ahí luchas por sobrevivir, atenta y capeando todo lo que se te viene literalmente encima… , sin embargo si en esa vorágine eres capaz de bucear y sumergirte profundamente, lo primero que notas es la falta de ruido, la presión uniforme del agua, sensación de flotar (calma), desaparecen las olas que te azotaban, ahora puedes mirar hacia arriba y ve como la agitación sigue allí, fuera de ti, es tu medio ambiente, pero lo suficientemente distante como para percibirlo de otra forma ,tienes que volver a él, pero puedes afrontarlo con otras herramientas.
A mí la técnica de la postura y la respiración me ayuda a poder bucear dentro de mí, hay otras formas pero yo me he acostumbrado a esta.
Cuando he conseguido ese silencio interior es cuando siento mi yo, pero me descubro habitada. Allí estoy yo, pero hay alguien distinto a mí, hay otra presencia que no se definir, solo sé lo que despierta en mí. Me produce admiración y pequeñez. Me siento acogida, acompañada, consolada pero también espoleada, removida (llamada). Brotan en mí sentimientos variados de perdón, de confianza , de ánimo…, nunca la percibo invasiva o amenazante. Siento que me respeta en mi ser y personalidad, tal cual soy, en definitiva creo que esto es sentirse amada. A diferencia del fluir oriental, no me diluye sino que al revés me estimula y exige responsabilidad ofreciéndome su compañía. Desde aquí, según lo que me está tocando vivir surge la reflexión, la acción, el discernimiento, intuiciones que deben madurar, reconocimientos…pero nunca me quedo suspendida en la nada como persiguen los orientales.
María del Mar

3 Comments

  • Ana dice:

    Cuando he leído este comentario, me ha servido como un rato de meditación, práctica que procuro hacer casi a diario.
    Es una gozada entrar dentro de una misma, llenarnos de quietud, silencio, paz, aceptar todo lo que encontramos en nuestro interior y lo que percibimos del exterior. La persona que nos acompaña en la meditación repite con frecuencia: » en la meditación y en la vida nada sobra, nada falta». Esta frase a la que he dado tantas vueltas, me ha hecho preguntarme ¿ pero como es posible que nada sobre?, en esos momentos que me gustaría cerrar los ojos y pasar página. Pues estoy aprendiendo a repetir esa frase llena de aceptación del momento presente y con una buena dosis de agradecimiento y confianza.
    Incluiré en adelante las sugerencias que haces y practicas.
    Gracias Mar por tu narración.

  • Cristóbal dice:

    ¡Gracias !
    Por este fino a la vez que profundo comentario sobre tu experiencia de interioridad. Irme adentrando poco a poco en mí mismo ha sido también para mí una experiencia muy enriquecedora.
    Me ha resultado muy significativa y clarificadora la metáfora del mar para explicar nuestros ruídos exteriores y la quietud y silencio interior.

  • !!! Bellísimo !!!, como ayuda esta práctica para la interioridad,al decir de San Agustín » Tanto te buscaba afuera Señor, y no sabía que tenía tan dentro».

Leave a Reply