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La vida cotidiana (II)

By 23/04/2021Sin categoría

2 Comments

  • Cristóbal dice:

    Esta 2ª parte de la “Vida Cotidiana” me ha resultado aún más interesante que la anterior, pues me ha hecho pararme a pensar en algunas cosas obvias que en mi rápida carrera por la vida no me había parado a percibir.
    La comparación de la tortuga, me sitúa en que hay muchas cosas que llevo encima y no soy consciente de ellas, de ahí la conveniencia de pararme un rato a diario a meditar sobre lo que está ocurriendo con mi vida y cómo lo afronto, es decir en qué afecta a mi vida, a mi propio desarrollo y a mi relación con los demás, lo que cada día está sucediendo a mi alrededor y me está sucediendo. En ese trabajo diario puedo ir percibiendo mi proceso personal y en común, cosa imposible si no tengo en cuenta esa cotidianidad y además me da la oportunidad de modificar o corregir lo conveniente.
    Lo señalado y el trabajo que se viene planteando sobre lo cotidiano, puede parecer un ejercicio intimista, sin embargo pienso que es la base sobre la que se asienta nuestra vida espiritual, y lo que permite nuestra mejora en las relaciones con los demás.

  • feliciano dice:

    Si le falta atención a los diversos momentos del día, lógico que vivimos de espaldas a lo cotidiano.- Mi opinión es que no es fácil vivir in situ cada acto, cada circunstancia por la que tenemos que pasar a diario.- En mi caso concreto, me ayuda mucho fijar la atención al final del día, cómo fue en conjunto la jornada vivida.- Esto sienta precedente y al final se hace costumbre.- Cuando no se tiene hábito al respecto, pasa lo que a la tortuga, sin ser conscientes de ello ha crecido un caparazón de profundas raíces, del que difícilmente podemos escapar.- Tomarle el pulso a cada uno de los momentos del día nos hace bien, nos ayuda a entender, a valorar, a corregir y a formar nuestra conciencia y nuestra personalidad.- La existencia humana descansa precisamente en lo que vivimos a diario; muchas veces no nos enteramos, no caemos en la cuanta, caminamos empujados por la corriente de nuestro cómodo despiste.-

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