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¿Me agobian los demás, o soy yo el que estoy agobiado?

By 08/01/2013Experiencias

Es verdad que hay cosas en la vida que una persona no domina, por ejemplo la salud, un accidente… Pero eso no me ocurre todos los días. Lo que sí me ocurre es que me agobio porque no he concluido un estudio, me falta tiempo para hacer algunas cosas, se me acumulas los encuentros… Y todo eso realmente me carcome, me irrita, me descompone por dentro, quizá sea eso de lo que sufrimos tantas personas, por simples y sencillas que seamos. El dichoso estrés. Sin ir más lejos el otro día, en una visita al médico me pregunta, de pronto, ¿estás estresado? Me quedé sin palabra, pues estoy viviendo, en esta etapa de mi vida, muy tranquuilo, pero por lo visto se me ha contagiado la enfermedad de hoy.

Al día siguiente por la mañana, me puse a pensar seriamente. Me di cuenta que lo que vengo haciendo muy frecuentemente, es creer que cuando me pongo inquieto y nervioso, estoy estresado, es culpa de alguien que no soy yo, unas veces son los compañeros, otras veces las personas que solicitan mi atención, otras veces la familia, las actividades…

Pero pronto me di cuenta que ese no es el camino, pues echar la culpa a los otros, a las circunstancias, a la vida ajetreada, es –muchísimas veces- evadirme de la propia responsabilidad y renunciar a conducir mi propia vida.

En este tiempo de fríos y balances quisiera plantearme algunos remedios a ese estrés tan mordedor que me acosa, algunas veces, desde dentro. No me parece prudente vivir dejándome llevar por la prisa, por el querer llegar a todo, por querer quedar bien, hasta por cumplir…

En mi deseo y empeño por vivir la cotidianidad, quiero asumir y hacerme consciente y responsable de mi vida, de las personas con las que me relaciono, las actividades que realizo, mi relación con Dios… Por eso he decidido poner manos a la obra. He aquí algunas pautas, que me propongo y quiero vivir, para ser yo quien viva y para saber desde dónde quiero vivir mi vida cotidiana.

  • Vivir desde mi realidad, no desde lo que imagino, deseo, quiero, sino vivir la realidad que tengo delante. Sólo en la realidad se puede sembrar y cosechar. El resto es humo.
  • Vivir el tiempo presente. Es el tiempo de la realidad. No tengo otro tiempo. No me tengo que dejar engañar ni por la nostalgia del pasado, ni cuentos de la lechera.
  • En mis actividades tengo que respetar mi ritmo, sin ir acelerado ni frenado, sino a mi ritmo. Sin confundir mí ritmo con mi pereza. Y si estoy con otras personas tener en cuenta su ritmo para acompasar el mío con el suyo.
  • Voy a ser yo mismo, de manera sincera y auténtica, sin querer ser el primero, ni compararme con nadie, que es lo que me quita la paz y me desequilibra.
  • Reconocer realmente que en nada de lo que hago, ni entre las personas con las que me encuentro, ni  el grupo en el que estoy soy imprescindible.
  • Ejercitarme en la relajación, dedicando tiempo al silencio y la contemplación. Tengo que disfrutar del tiempo libre para desconectar de lo que estoy haciendo por higiene física y mental.
  • Ser flexible conmigo mismo y con los demás. Para ello tengo que reconocer que mi percepción de la perfección, del orden, de la eficacia, del hecho, de la actuación propia y/o ajena… puede ser legítima, pero no siempre se adapta a la realidad de las otras personas. Tengo que adaptarme si quiero con-vivir.
  • Voy a escribir mi escala de valores, para luego ver si responden a mis aspiraciones profundas y ver si soy coherente o me engaño yo mismo.
  • Voy a comunicar siempre claramente mi parecer, mi visión, pero siempre con equilibrio, sin extremismo, siendo consciente que expresiones empáticas: “En mi opinión…”; “Yo pienso que…”; “Siento que mi parecer no coincide…”; así facilitaré el encuentro y el diálogo.
  • Pienso seguir fomentando encuentros en los que pueda hablar de corazón a corazón, pues el compartir en profundidad es imprescindible para vida y fuente de paz.
  • Voy a dedicar tiempo, a poder ser todos los días, para dialogar con el Señor, desde la vida y desde el evangelio, para que en la oración de amistad me encuentre con él y lo siga en mi vida cotidiana.

Nacho

3 Comments

  • Matilde Jiménez dice:

    Comparto tu reflexión y me lleva a descubrir la importancia del poder del AHORA, del presente, abierto a él siendo, y dejando que la vida se manifieste en plenitud, sin resistencia, sin juicio, sin reserva, sino atenta a los acontecimientos .

  • Mary-Carmen dice:

    Me he reído un poco, porque pienso que algunos miembros que conozco del MMM, llevan el marchamo de Mucha Mas Marcha(MMM), y se agobian y no se paran a oir, como si en vez de ir en primera, tuviera que ir en cuarta. Hombre, que no tengamos que recordarte, que: Ni eres tan imprescindible, ni lo que quieres hacer es tan importante. Para eso está el DISCERNIMIENTO. Que esa dichosita palabra, me ha puesto a pensar mas de una vez, (me llegó de vosotros) y os la he agradecido siempre.

  • cecilia dice:

    Bravo, me sirve. Habrá que tenerlo en cuenta. Cecilia

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