Seguir aprendiendo, seguir descubriendo, que hay un camino recorrido y que aún queda un camino largo por recorrer, ha resultado una certeza ciertamente satisfactoria y la vez inquietante, dado los retos que me supone. En eso de la interioridad, a mí me pasa que el lenguaje me confunde, cuando hablo de interioridad realmente ¿de qué estoy hablando? En ese sentido paso a intentar narrar algunas constataciones de estos días en el encuentro en la Rioja.
Hablar de interioridad desde mi humilde opinión pasa por descubrir lo que me pasa detrás de lo que me pasa. Y no es un juego de palabras.
Descubrir en que clave leo lo que me pasa detrás de lo que me pasa. Esto lo puedo hacer desde mi rol: como madre, esposa, amiga…y también desde “lo que debe ser”. Hacer esto para mí ha supuesto darme cuenta que, en muchas de mis preocupaciones y ocupaciones, no respondían a aspectos relevantes y significativos, por lo que me queda un largo camino para ir diferenciando y cribando para poder responderme con honestidad a la pregunta ¿Qué es lo esencial para mí?
Cuando busco y encuentro respuestas, cambia la perspectiva. La mirada se enfoca en mí, en conocerme, comprenderme viviendo mi vida, no la de otros, consciente de mi presente y de todo lo que pasa a mi alrededor. Desde ahí me doy cuenta que me cuesta menos conocer empatizar y comprender al otro, encajar la diferencia, cosa que confieso que me cuesta, sobre todo cuando siento esa diferencia como amenaza. Y es ahí donde se producen los cambios más profundos: dejo de esperar que los demás cambien, que respondan, que reaccionen según mi criterio y aprendo a aceptar y respetar. Es en esos adentros donde intuyo presencia, su Presencia. Y esa experiencia me muestra otra mirada, otra actitud, que me anima el día a día cotidiano que es lo más humano y próximo que me ocupa y me preocupa.
En todo lo narrado juegan un papel fundamental emociones y sentimientos, que son los que definen y determinan mis actitudes, por eso es tan importante reconocer esas emociones, explicarlas, verbalizarlas, entrenarme en gestionarlas. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero estoy en ello. Lo que viene de fuera me afecta. Depende de cómo yo lo gestione, mis repuestas, mis acciones y mis pensamientosno ahondarán en lo negativo de la situación y se convertirán en oportunidad de crecimiento interior.
Me defino como aprendiz, por convicción y necesidad; inacabada y en constante construcción. Vivir la vida desde ahí es un regalo que debo, en parte, a estos encuentros de la Rioja. Reconozco que he ido aprendiendo, cuando miro mi vida y como he ido encajando las diferentes y a veces complicadas situaciones vividas, pero también reconozco que, aunque me queda mucho… esto no me preocupa, antes bien, lo vivo como oportunidad, ilusión, reto, búsqueda, con una aspiración: pasar del creer en Jesús de Nazaret al creer como Jesús de Nazaret, que su humanidad y su espíritu sean en mi encuentro, presencia vital, sencilla, facilitadora de acogida, cercanía, afecto e intercambio.
Además de todo lo narrado, en el encuentro he tenido la gran suerte de trabajar con el itinerario “A la escucha de los signos de los tiempos”: La religión y los jóvenes vista desde los adultos. Añado el hecho importante de que en el encuentro no había jóvenes, cosa que extrañó a mi hija mayor; eso, y sobre todo el para que lo hacíamos. Cuando intenté dar respuesta al sentido del tema y a su pregunta fue cuando realmente me contesté a mí misma.
¿Cómo es mi relación con los jóvenes? Hace poco he tenido de la oportunidad de convivir con jóvenes, compartiendo responsabilidades en un campamento parroquial, y reconozco que he tenido que realizar un gran trabajo de paciencia y confianza. Paciencia para acompasar ritmos, ya que los suyos eran inconstantes y muy vitales y confianza porque tienes la tentación de pensar aquello de que no se quieren comprometer o que no estarán a la altura dada su inexperiencia. El reto ha sido fiarme. No solo decir me fio sino actuar con y desde la confianza que es muy distinto. Me he dado cuenta que eso me ha enriquecido y ha creado espacios donde entendernos. Espacios en los que yo adulta, desde el respeto mutuo, no me he sentido superior; he ido aprendiendo que cuando estoy atenta y receptiva capto y valoro mejor sus ideas creativas y valientes.
En su postura inconsistente muchas veces frente a lo religioso, no les juzgo y procuro evitar etiquetas porque como dice alguien que conozco “el mapa no es el territorio”. Yo viví en mi juventud experiencias de fe libres y vitales que dieron sentido a mi vida, que han sido fundamento de lo que hoy soy. Pero eso no vale para ellos y en ese punto se me presentan muchos interrogantes y procesos que no hemos sabido acompañar.
Hablar de los jóvenes desde nuestro punto de vista, pero diferenciados de nuestra propia experiencia ha resultado ser muy gratificante. Hemos reflexionado juntos sobre como conocer, valorar y acoger, a veces sin entender, a estas generaciones, que con un imaginario muy distinto al nuestro, las percibimos con necesidades esenciales parecidas a las nuestras; como son: necesidad de seguridad, necesidad de afecto y búsqueda de la libertad. Por otro lado se nos ha abierto una ventana a la esperanza en estas “generaciones x y z”, al constatar que cuentan con un potencial inmenso, que saben hacer bien las cosas y que el mundo, si les dejamos la oportunidad de demostrarlo, no está en tan malas manos, como algunos agoreros nos dicen.
Y al final concluimos y concluyo, que no me siento tan lejos de estos jóvenes inconformistas, generosos y buscadores que creen en ese mundo mejor que Dios soñó y los hombres anhelamos.
Mª José Serrano
Al leer tu aportación, Mª Jose, me he sentido muy identificada en tu pregunta ¿ de que hablamos cuando hablamos de interioridad?
Nos quedamos sin palabras porque nunca hemos hablado de esto. Es un espacio que yo voy descubriendo: percibido pero inabarcable, intuido pero innombrable, propio pero incomprensible. En definitiva indescriptible.
Es como el caos pero en tu propia esencia, desconocido pero tu propio nucleo, fragil pero tu fundamento…¿Tiene esto algún sentido?
Elucubraciones del domingo por la mañana. Besos para todos.
Y en todo este «galimatias» descubres la paz, la razon de las cosas, te sientes amado, acompañado y niño.
Querida Mª José: A medida que iba leyendo tu, «Narrarse en la Vida», como nos conocemos algo, adentrándome en la narración, me decía, es de Mª José, y acerté. Profundo, se hace necesario releerlo por su densidad, y me pregunto, si tanta riqueza, podrá ser compartida con los que estamos cerca, y no tuvimos la suerte de estar en La Rioja. Gracias, gracias a todos los que habéis compartido con nosotros en éste medio. Rosa Mª Giner.
Tu «Narrarse en la vida», lo he leído dos veces ya que tiene un profundo contenido.Tu pregunta …»de qué estoy hablando» me la he hecho yo también, agradezco tu respuesta, es una línea que ayuda a aclararnos. Gracias por lo que manifiestas.,
También quiero agradecerte tu visión de la segunda parte del encuentro, ya que yo no pude participar en ella , al estar en el otro grupo, de «Vivir en un mundo de dualidades enfrentadas», por lo tanto no tenía referencias sobre lo que surgió y descubristeis en vuestro grupo.
El hecho de compartir por este medio experiencias sobre el encuentro o sobre otras cuestiones, nos ayuda a profundizar en lo vivido. Por otra parte también ayuda a quienes no participaron, como vemos por algunos comentarios. De nuevo me atrevo a invitar para que participemos con nuestros comentarios o experiencias, nos enriquecemos todos. Gracias
Gracias Maria José, comparto tu reflexion y agradezco especialmente que con ella me hayas ofrecido hacerme pensar a mi sobre estas cosas !
Gracias tambien a Ana, que como ella dice ,,,,,,cantar bajo el agua que necesitamos , y yo añado ,,,,,saber que hay bendiciones que estan en todos nosotros si estamos disponibles a recibir lo necesario para hacer posible , «Un mundo mejor»
Mis oraciones y mi gratitud a todos ……….a ver si el proximo encuentro en Rioja aparezco de nuevo
abrazos de Rafy Mármol
Es para una gran alegría leer tus palabras porque este verano no hemos tenido la oportunidad de encontrarnos. Comparto plenamente tu sentir sobre como las bendiciones y las posibilidades están en todos nosotros para mejorar y transformar este mundo en el que nos ha tocado vivir, aunque a veces solo sea con pequeños gestos. Seguro que el año que viene como tu dices apareces de nuevo, aunque en este año no estabas desaparecida, porque has estado muy presente.Un fuerte Abrazo.
M. José, gracias por compartir esta hermosa narración.
El camino que intento seguir día a día, tiene mucho de lo que acabo de leer.
Hoy, un día lluvioso, en mi querida Málaga, lo estoy sitiendo como una oportunidad para ,,,,,*cantar bajo esa agua que necesitamos*.
Gracias,gracias,,,,y gracias.
Querida Ana, es una bendición la oportunidad de compartir vida a través del blog y de agradecer como, en este aprender a vivir permanente hay personas que somos luz los unos para los otros. Un gran abrazo.