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Navidad en tiempos revueltos

By 16/12/2020Sin categoría

PROPUESTA

Se pretende hacer un ejercicio compartido de escucha de la realidad. La escucha no es una cuestión técnica es una actitud de fondo para que lo real se diga, se manifieste…

Creemos, desde el Servicio de Animación Espiritual, que esta situación tan única en la que nos encontramos a la hora de celebrar la Navidad, puede ser una oportunidad para hacernos preguntas, más que ofrecer respuestas, que difícilmente encontrarían acogida en la situación de búsqueda que vivimos.

Esta propuesta la queremos compartir con las personas y grupos, que libre y responsablemente lo quieran. Lo haremos siguiendo el dinamismo de compartir:

  • lo que cada persona percibe,
  • lo que nos orienta y define y
  • por último intentaremos concretar nuestra respuesta personal y de grupo.

8 Comments

  • Jose dice:

    REALMENTE QUE CELEBRAMOS EN NAVIDAD?

    No me voy a referir a la Navidad en este año de pandemia, deseo y espero que sea la excepción. La fiesta de la Navidad ha sido y debería de seguir siendo una fiesta verdadera, que para mi se basa en una necesidad, que se cumple cuando recibo un cierto don espiritual. Entre todos los dones espirituales que las personas podemos recibir esta el “poder nacer de nuevo” y eso es lo que me inspira ese niño nacido en Belén. Eso es lo que intento celebrar en Navidad.

    Son unos días, todo el adviento, que me alegran por dentro, que me lavan con agua, y me invitan a despojarme del hombre viejo.
    En ocasiones afloran recuerdos de aquellas fiestas navideñas, un poco lejos en el tiempo, donde todavía las decepciones y desengaños no habían hecho mella en mi, donde le daba rienda suelta a todos los sueños que iban surgiendo en mi mente de adolescente y los compartía con amigos y compañeros, pero siempre pensando en hacer planes para el futuro nuevo.

    ¿QUE SENTIDO TIENE PARA MI LA NAVIDAD?

    Para mi el sentido es recibir los dones espirituales que el nacimiento del Hijo de Dios me aporta, al darme la posibilidad de nacer de nuevo todos los años. Se dice que la Navidad es una fiesta triste, porque nos recuerda que durante el transcurso del tiempo hemos ido perdiendo en nuestro caminar a personas queridas, o porque pueden traernos a la memoria actos, rupturas, acciones, que queremos olvidar. Pero esto es inevitable, en el transcurso de la vida todos tenemos que lamentar ausencias sensibles que pueden hacernos sentir tristes. Pero la Navidad me ha enseñado que por muy dolorido que este, el milagro de empezar de nuevo es posible.
    Antes de la Navidad, adorar a Dios exigía elevar los ojos al cielo, después de la Navidad me exige agacharme y fijarme en mi fragilidad, y para eso tengo el modelo perfecto, la de un “niño recién nacido”.
    Si el mundo entero cambio cuando nació Jesús, también mi vida puede hacerlo, si tengo la humildad de agacharme para recibir su don espiritual.

    ES POSIBLE OTRA NAVIDAD ?

    La sociedad actual pretende desde hace tiempo, reconvertir la Navidad en una fiesta laica, en un solsticio de invierno, o en otros sucedáneos o imitaciones ridículas, para que tal vez nos distraigamos por unos pocos días de los dolores, frustraciones, cansancios, estrés, etc que nos acompañan en esta sociedad individualista, consumista, y carente de metas con valores.
    No hay felicidad sin aceptación plena de lo que somos, y lo que somos lleva consigo una dimensión espiritual que yo no puedo rechazar, sin consecuencias para mí.

    Este año con el fantasma del “virus”, las celebraciones, los encuentros de empresa, etc, con los que pretendemos anestesiar nuestros fracasos o decepciones, serán muy restringidos. En muchos hogares posiblemente inalcanzables, una sociedad fracturada en lo social, en lo espiritual y en lo económico, no habrá fiestas nocturnas, ni cotillones, ni actos multitudinarios, habrá familias que no se podrán juntar, y con todo esto, para muchas personas puede resultar una Navidad amarga.
    Y pudiendo ser así, las celebraciones de esta Navidad, serán menos ruidosas, menos agitadas, pero posiblemente más humildes, y eso nos puede ayudar a reparar nuestras fragilidades, y al repararlas atrevernos a agacharnos y entrar en la cuna del hijo de Dios, para seguir recibiendo los dones espirituales que nos están esperando.

  • Eduardo Cruz dice:

    Mis comentarios no se aplican a las Navidades 2020, las actuales, por la pandemia
    1º. Realmente ¿Qué celebramos en Navidad?
    a) Los creyentes. A veces puede ser un escándalo su derroche de dinero (comer y beber) y su sometimiento al marketing y propaganda. No veo, en general, que celebren nada que recuerde al nacimiento de Jesús.
    b) Yo. Es celebrar un aniversario importante, pero tiene que ser celebración muy austera. Antes, en algunas casas, alguien leía el Evangelio, se comentaba y se cantaban villancicos. Ahora creo que no.
    c) Los no creyentes. Como si se tratase de unas «vacaciones de invierno» con paga extra. Socialmente queda mejor decir que se celebra la Navidad. Es una mejor excusa para pretender justificar el derroche

    2º. ¿Cuál es el sentido de la Navidad? Para nosotros, Jesús fue la persona más importante de la historia. Nació y fue marcando pautas de pobreza y austeridad. Se hizo mayor y se comprometía en favor de un mundo más igualitario. Defendió a los marginados, sanó a los enfermos, trató con gente dudosa, pidió comida para el hambriento, incomodó al gobernante totalitario, asumió tortura y crucifixión, fue serio, no fue un charlatán. Así nos mostró su camino. ¿Quieres seguirme? Ya sabes lo que hay. ¿Cómo se sentirá?

    3º. ¿Es posible otra Navidad? Tal vez sí sea posible otra Navidad. Pero nunca será fácil cambiar. Para no creyentes o creyentes flojos, mas difícil aún. El mundo al que pertenecemos lleva décadas alcanzando bienes materiales en abundancia. La abundancia atonta. Te hace perder el sentido de la proporción. Te hace creer que puedes tener todo: trabajo o paro, bienes, salud, distracciones, viajes, casas, etc., te somete al marketing y propaganda, ¿para qué cambiar? Si no hay hondos cambios personales (abandonar estilo de vida, vivir peor, p. ej.) no habrá otra Navidad mejor, sino peor, como ha venido siendo.

  • feliciano dice:

    Tengo la idea de que la sociedad en la que nos toca vivir, está muy lejos del sentido auténtico de la Navidad, se advierte también en las personas un sentimiento de debilidad, propio de nuestra pobre naturaleza, que de algún modo nos acerca más en nuestras relaciones y posiblemente, -quién lo sabe- desde lo más íntimo de nuestro ser al Dios creador.- Es una pobre opinión personal, siempre sujeta a equivocaciones.- Me gustaría apreciar en mis semejantes la alegría que reporta contemplar a Jesús Niño, pobre y humilde, cuidado y atendido por sus padres, María y José.- Si nos acercamos al pesebre, donde Jesús se nos manifiesta en la liturgia de estos días, llevando el corazón disponible y el alma henchida de amor, es posible, con seguridad, que la gracia de el recién nacido deje huella en nuestra alma.- Deseo para todos que el infante de Belén, colme de buenos deseos, de unión íntima con él, nuestro pobre caminar cotidiano.-

  • Rafy dice:

    Navidad es Ternura De Dios y Fraternura Humana . Y este año me voy vistiendo poco a poco de Aceptación y calma por mi realidad física debido a una imprevista enfermedad en primera neurona . Y todo mi vivir deseo me envuelva de esa Esperanza en que pongo Fe por saber vivir en mi realidad cotidiana!
    Navidad es Renacer a la VIDA , y en el modo de vivir llevar a Dios que se hizo niño de una MADRE que es para mi la mayor de las fortaleza y el ejemplo a seguir
    Navidad es SENTIR , VIVIR ACOMPAÑAR RECORDAR Y TRATARME de tal manera que mis dones sean testimonio para que los demás crean en el Buen Dios que nació en Belen !
    Navidad es algo tan grande y transcendente que da SENTIDO LUZ Y CAMINO en este nuevo mundo que me prepara para aumentar mi FE EN LAS PERSONAS .
    No es posible un año sin Navidad que es RENOVAR VIDA ! El dolor sin Navidad sería insoportable, por eso es VIVIR EN ESPERANZA Y TERNURA DEL BUEN DIOS que nace renovándome desde dentro porque me quiere y me necesita para seguir transitando un mundo que estamos maltratando!
    Nunca nos quitarán la Navidad ! Porque eres tú cuando me sientes hermano ! Y porque vino al mundo el hijo De Dios para salvarnos !
    Abrazos con Ternura y Fraternura
    Rafymarmol

    • Eduardo Cruz dice:

      E. Cruz comenta. Estos comentarios no se aplican a las Navidades 2020.
      1º. Realmente ¿Qué celebramos en Navidad?
      a) Para creyentes. A veces puede ser un escándalo su derroche de dinero (comer y beber) y su sometimiento al marketing y propaganda. No veo, en general, que celebren nada que recuerde al nacimiento de Jesús.
      b) Para mí. Es celebrar un aniversario importante, pero tiene que ser celebración muy austera. Antes, en algunas casas, alguien leía el Evangelio, se comentaba y se cantaban villancicos. Ahora creo que no.
      c) Para no creyentes. Como si se tratase de unas «vacaciones de invierno» con paga extra. Socialmente queda mejor decir que se celebra la Navidad. Es una mejor excusa para pretender justificar el derroche

      2º. ¿Cuál es el sentido de la Navidad? Para nosotros, Jesús fue la persona más importante de la historia. Nació y fue marcando pautas de pobreza y austeridad. Se hizo mayor y se comprometía en favor de un mundo más igualitario. Defendió a los marginados, sanó a los enfermos, trató con gente dudosa, pidió comida para el hambriento, incomodó al gobernante totalitario, asumió tortura y crucifixión, fue serio, no fue un charlatán. Así nos mostró su camino. ¿Quieres seguirme? Ya sabes lo que hay. ¿Cómo se sentirá?

      3º. ¿Es posible otra Navidad? Tal vez sí sea posible otra Navidad. Pero nunca será fácil cambiar. Para no creyentes o creyentes flojos, mas difícil aún. El mundo al que pertenecemos lleva décadas alcanzando bienes materiales en abundancia. La abundancia atonta. Te hace perder el sentido de la proporción. Te hace creer que puedes tener todo: trabajo o paro, bienes, salud, distracciones, viajes, casas, etc., te somete al marketing y propaganda, ¿para qué cambiar? Si no hay hondos cambios personales (abandonar estilo de vida, p. ej.) no habrá otra Navidad mejor, sino peor, como ha venido siendo.

  • Bernat dice:

    Una iniciativa para compartir. Creo que es una oportunidad para empezar a vivir de un modo mejor este tiempo, y poner en común que es lo que vivimos cada uno y que nos gustaría vivir.

    La realidad empieza con lo que vivo cada día. Es lo más próximo. Soy consciente que es fácil perderse entre lo que nos hacen llegar y el ideal que siempre nos han transmitido. Pero es tiempo de compartir lo que vivo, lo que siento, lo que espero, en estos momentos como primer paso para Vivir otra Navidad, que espero que sea mejor.

    Me uno a la propuesta y espero en breve la publicación de las ayudas para cada uno de los pasos.

  • Cristóbal dice:

    Creo que este ejercicio en estos momentos de dificultad y confusión, puede sernos de gran utilidad, como personas y como grupo. Este período navideño nos sitúa ante diferentes perspectivas de entender la Navidad. Los tres pasos que se nos van a ir planteando, me cuestionan y me van ayudar a buscar en mí, lo que desde mi perspectiva de creyente, he de reformular respecto a estas celebraciones.
    Gracias por esta iniciativa.

  • Pedro dice:

    Celebramos y ponemos en el centro a Dios antes de comenzar un nuevo año civil.

    La navidad es una familia y un hijo en medio de ellos. Navidad es hogar, es calor de hogar, es un lugar desconocido.

    Navidad no son escaparates, no son regalos obligados-forzosos, no son comidas con los compañeros de trabajo y el jefe. Navidad es simplicidad. Incluso, navidad es pobreza. No hay tiempo para mirar a los pobres ni a los necesitados. Convertimos la navidad en ruido, en falsos afectos: Nos abrazamos y nos besamos. Pero comenzado un nuevo año civil, intentamos que ese buen afecto, pase pronto.

    La pandemia nos lleva a la navidad por otro camino. Será absolutamente en casa. Con Papá, Mamá y hermanos…. Los abuelos resguardados y protegidos, aunque ellos serán los primeros en vacunarse.

    Será un año nuevo al que entraremos con reservas, esperando que sea un año de Dios, un milagroso año de la recuperación y de la salud fisica, mental y espiritual.

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