Somos un matrimonio joven 30 y 24 años, nos casamos el verano pasado, y ahora estamos esperando nuestro primer hijo.
Yo estudié una ingeniería, que terminé en 2009, y mi mujer hace poco que ha terminado arquitectura. Hace algunos años, cuando nos imaginábamos nuestro futuro, nunca nos hubiéramos pensado que sería como el que estamos viviendo.
Un matrimonio con nuestros estudios hace unos años podía ganar perfectamente unos 6000 euros al mes, tener un nivel de vida sin apenas preocupaciones y con todas las comodidades. Mientras que nosotros, al igual que muchísimos jóvenes, actualmente nos encontramos los dos sin trabajo, subsistiendo gracias a dar clases de repaso o haciendo cualquier trabajo esporádico que nos va saliendo, pero sin nada que ver con nuestra formación.
La gente que no ha vivido una situación como la nuestra, no se puede imaginar lo frustrarte que puede llegar a ser que al terminar tus estudios, que es el momento de más ilusión de tu carrera profesional, con unas ganas enormes de aprender a trabajar lo que tanto tiempo has estudiado, y el futuro que has soñado. Te encuentres con la realidad de que la única opción que tienes es la de marcharte a otro país a trabajar o intentar sobrevivir aquí haciendo lo primero que salga.
Hay gente que nos dice que estamos locos por casarnos en los momentos de crisis que estamos viviendo, y más aún tener un hijo. Los más cercanos nos insinúan que somos unos irresponsables por tener un hijo en nuestra situación, y nos preguntan que como lo vamos a sacar adelante…
Nosotros tenemos muy claro que ninguna circunstancia nos va a condicionar en aquello para lo que Dios nos ha elegido, para formar un matrimonio fuerte basado en el amor y ser luz para otros.
Damos gracias por todo lo que tenemos, también por todo lo que estamos viviendo, porque si hubiéramos tenido un futuro como el que pensábamos, ahora seguramente seriamos un matrimonio autosatisfecho, agarrado a las cosas materiales, a las apariencias, al dinero, a las modas y viviendo en la falsedad, como tantos matrimonios…
Pero la inseguridad y la incerteza nos hacen estar alerta y en continua búsqueda, nos hacen buscar a Dios.
Nuestra vida nos la ha regalado Dios, el hijo que va en camino también, hasta ahora no nos ha faltado de nada, tenemos casa, tenemos comida, tenemos dinero para todo lo que necesitamos, y más, así que: Nos han robado el futuro, pero Dios nos está regalando uno mejor.
Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»
Rafa y Maria
Queridos Rafa y María, simplemente gracias.
Gracias por recordarme quien soy y lo que soy.
Mi camino tampoco ha sido fácil, más bien con tropezones…. Algunos pequeños y otros enormes!! Pero siempre he sentido la mano de Dios guiándome, su aliento me ha ayudado a respirar cuando la ansiedad me ahogaba y su palabra me daba serenidad para ofrecerle todo mi amor y mi dolor, me enseñó a aceptar mi camino, lo bueno para valorarlo, lo no tan bueno para aprender, pero sé que siempre hay algo mejor esperándome en el camino que me lleva hacia Él.
Hoy, una amiga a la que quiero muchísimo, me ha contado un cuento que me ha hecho estremecer:
Había una vez un señor que caminaba durante toda su vida dejando un rastro de 4 huellas y un día, algo le hizo darse la vuelta y mirar hacia atrás.
Al mirar bien, fue consciente de que en los momentos con más dificultades de su vida tan sólo había dos huellas y no cuatro.
Le preguntó él al Señor:
– Señor, por qué me has abandonado en los momentos más difíciles, por qué sólo hay dos huellas y no cuatro?
El Señor le contestó:
– Nunca te abandoné, hay sólo dos huellas porque Yo te llevaba en brazos.
Hoy mi amiga me ha dicho, no estás sola.
Permitidme que os diga: NO ESTÁIS SOLOS.
Un súper abrazo de energía y amor.
Marisa.
Hola Rafa y Maria espero que el proximo sabado nos veremos en el encuentro de la Barraca cuando lei vuestro escrito me emocione mucho pues es verdad que las cosas estan muy mal pero vuestro amor lo superara todo mucho animo que ya vereis como Jesus no os va a dejar nunca besos para los tres de Celia
Hola Maria y Rafa: no podéis imaginar, el gozo que experimenté al leer esas experiencias,tan especiales e íntimas de vuestra vida. Rebosan amor, fortaleza, serenidad, confianza, y mucha esperanza, a pesar de los tiempos tan hostiles que nos ha tocado vivir. El pasaje evangélico que elegisteis, siempre me ha gustado. Jesús nos enseña en él a confiar, a abandonarnos plenamente en los brazos amorosos y solícitos del Padre. Ese Padre que no nos abandona nunca.
Pienso, que es un testimonio valiente, que nos hace mucho bien a todos.
Gracias por este regalo que nos habéis hecho.
Un fuerte abrazo a los tres. Roa Mª
Me maravilla la serenidad que manifestais, a pesar de las dificultades por las que estais atravesando.
Vuestra experiencia, es similar a la que hemos vivido muchas parejas que iniciamos el camino hace muchos años y que experimentamos vivencias similares a las vuestras, si bien tengo que reconocer que no fueron laboral y socialmente tan desanimadoras como las actuales.
La narración que haceis, que es poner voz a vuestros sentimientos. Es un canto de esperanza para muchas personas que hemos soñado en un futuro construido con premisas de pasado ( espectativas laborales, situación económica, estatus social, bienestar…) soñabamos en un futuro de ensueño y de facilidades que se nos ofrecian a manos llenas y ahora nos toca vivir tiempos dificilies en el que incluso hemos perdido muchos de los derechos que socialmente habiamos conseguido a lo largo de la historia.
¿Y hoy Jesús que nos dice?
Para nosotros, y por el texto que habeis narrado, creo que tambien para vosotros. El futuro no se nos regala, el futuro se construye. A las flores del campo les toca crecer, ir sacando de si cada dia lo que toca, para alcanzar la plenitud. Jesús nos alerta para que no construyamos nuestros sueños y esperanzas sobre lo que nos puede provocar desasosiego, intranquilidad y agobio que nos asfixie y nos impida vivir en plenitud y libertad. Jesús nos invita a encontrar la felicidad en las cosas ordinarias de la vida diaria, como bien decis en las relaciones de la pareja, en la ilusión de vuestra paternidad, en la busqueda y el esfuerzo que haceis para encontrar los medios que os permiten vivir, etc. lo que nos lleve a encontrar la plenitud.
Sois testimonio de personas que creen en un futuro mejor, un futuro construido por vosotros, que se solidifica y se hace fuerte. Os han robado un futuro de ilusiones faciles. Nos habeis ayudado a reflexionar y a confirmar que Dios nos regala la oportunidad para crear un futuro mejor. Un futuro que tenemos que ir construyendo cada uno personalmente sobre las bases que Jesús nos ofrece, que resulta más dificil pero al mismo tiempo más apasionante al requerir nuestro esfuerzo y empeño, pero sabemos que nos va ayudar a sentirnos más felices.
Gracias por compartir vuestra vida. Con ello nos ayudais a construir nuestro futuro.
Bernat
Queridos hermanos nosotros también pasamos por algo muy parecido hace 35 años cuando iniciamos un matrimonio juntos, mi esposa Marie y yo. Estoy convencido que haber iniciado desde «abajo», y bien abajo, nos consolido en el amor. Rafa y Maria, también nos dijeron lo mismo que a ustedes y apostaban a que fracasaríamos, pero la experiencia nos hizo fuertes en el amor. Teníamos claro que contábamos uno con el otro y que no había mas dirección que hacia al frente, Dios que sembró en nosotros en amor nos ayudaría a llevarlo a la perfección. Aprendimos a administrar los pocos recursos con mucho cuidado; tuvimos que salir de nuestro país por mas de un año pero, nuevamente la experiencia nos unió mas y aprendimos de ella. Les aseguro que ustedes tienen lo mismo que nosotros y mas…
Animo, escriban con su vida una historia fascinante que inspire a sus hijos y a los hijos de sus hijos.
Marie y Carlos