El periodo de pandemia ha sido la ocasión para profundizar en algunas cuestiones que tenía pendientes, una de ellas era la del discernimiento. En su tiempo, en el Servicio de Animación Espiritual, habíamos elaborado una sesión sobre el discernimiento más informativa que práctica. Mi experiencia sobre el discernimiento la tuve cuando participe en unas jornadas, animadas por el jesuita Toni Catalá, recientemente fallecido. Lo había puesto en práctica en algunas ocasiones, pero necesitaba, en el marco de la traslación de las Ejercitaciones, poner al día, pues intuía que podría aportar una mayor profundización al primer itinerario.
Durante el confinamiento disponía de tiempo, el tiempo era mío en esos noventa días y además, y sobre todo, estaba motivado para profundizar en el discernimiento. Disponía de un material que había ido almacenando -¡qué maravilla vivir en la era digital! Lo primero que hice fue ordenar el material de lectura, precisar cuál era el núcleo del discernimiento, su fundamento y su aporte a la espiritualidad evangélica. Fue un momento apasionante pues cada vez iba descubriendo nuevas facetas que invitaban a seguir en la búsqueda. Al final logre una síntesis entre información, justificación, metodología y me faltaba una puesta en acto. La ocasión se presentó al querer realizar el Itinerario POR UNA IGLESIA EN SALIDA, lo que me sirvió para caer en la cuenta que los pasos del primer itinerario son muy semejantes a la dinámica espiritual del discernimiento: PERCIBIR – INTERPRETAR – SENTIR – ACTUAR. Este contraste me sirvió para tomar conciencia que discernir es reconocer la presencia del Espíritu en todo el proceso, pero especialmente en el tercer paso. Discernir cristianamente es tomarse en serio el seguimiento de Jesús, aquí y ahora. Es distinguir en lo que se mueve dentro de uno o de una situación, entre lo que conduce a una mayor humanización y lo que deshumaniza.
En la semana del 1 al 7 de agosto hemos tenido la convivencia el grupo español y nos hemos ejercitado en el discernimiento POR UNA IGLESIA EN SALIDA. Iniciamos la convivencia en un intercambio abierto sobre los tres acentos, tal como había propuesto la Dirección General. Sin duda este diálogo ayudó a centrarse.
Iniciamos el Itinerario dando una información sobre el discernimiento y la dinámica espiritual del mismo, que con el posterior diálogo en el grupo, sirvió de andamiaje para vivir el ejercicio, que sin duda iba a despertar un deseo de mayor profundización.
Comenzamos el primer paso del Itinerario: ABIERTOS A LA VIDA, en el que conscientes de la “presencia del Espíritu en la historia”, cada persona hizo su relato de cómo percibe la situación actual de la Iglesia, dificultades, obstáculos… y como se siente… Después del intercambio buscamos las sintonías, desafíos tratando de acoger las aportaciones de cada persona, que sin duda enriquecía el “nosotros”. Después prestamos atención a cómo es percibida la Iglesia actual, tanto dentro de la misma como fuera de ella y ver en qué medida influye en nosotros.
En el segundo paso: DESCUBRIMOS ALGO IMPORTANTE. Volvimos a poner el centro de atención en cada persona singular prestando atención a aquello que en conciencia nos parece determinante y nuclear para vivir y promover una iglesia en salida. Se pudo constatar casi con unanimidad que hay que volver al Evangelio y prestar atención a las primeras experiencia cristianas. Con la conciencia activa nos dispusimos a escuchar la “presencia del Espíritu en la Palabra”, concretamente nos centramos en dos relatos el primero de Marcos (8, 27-35) donde constatamos que nuestra crisis no es algo extraño, pues también la vivió Jesús y sus discípulos. El segundo relato de Lucas (17, 11-19) en el que nos preguntamos si buscamos, como los nueve leprosos, ser curados o somos como el leproso samaritano que volvió al encuentro con Jesús. Todo un reto para platearnos la dinámica de nuestro seguimiento de Jesús, el Cristo.
Finalmente reflexionamos un documento sobre la Alegría del Evangelio del papa Francisco sobre UNA IGLESIA EN SALIDA.
Pasamos al tercer paso: SE NOS OFRECE UNA OPORTUNIDAD. Se presentó una información sobre las “Mociones”, vocablo original de san Ignacio, que son movimientos internos (pensamientos, sentimientos, sensaciones…), medios a través de los cuales descubrimos “la presencia del Espíritu en lo que me pasa”. Este paso es el que resultó más novedoso y más costoso de poner en práctica. Se trata de que cada persona ante lo que venimos compartiendo, “por una Iglesia en salida”, se pregunte ¿Qué se mueve dentro de mí a la hora de responder a la llamada del Espíritu? Sin duda reconozco que la guía no era lo suficientemente clara, de hecho la práctica ha ayudado a reformularla.
Finalmente pasamos al cuarto paso: ABRIR NUEVOS HORIZONTES. Se trata de acoger la “presencia del Espíritu en la llamada a actuar”. Se pretendía que aterrizáramos en las respuestas concretas en reconocer y apoyar lo que ya se está haciendo en favor de una Iglesia en salida y lo que podemos hacer para asumir y promover, personalmente y como grupo, una Iglesia en salida.
Nacho
Aunque un poco tarde por diversas circunstancias, no queríamos por ello dejar de escribir una reseña de lo que fue para nosotros el encuentro del grupo promotor español por un mundo mejor, este pasado agosto de 2021 en Benicull (Valencia).
Lo llevamos a cabo del 1 al 7 de Agosto, y como viene siendo habitual, siempre empezamos preguntándonos cómo estamos personalmente y cuáles son nuestras expectativas. Y a partir de ahí, continuamos desde el documento «Tres acentos», previo situarnos desde un momento de oración compartida con el lema: «Cambiar yo para cambiar el mundo».
Y a partir de ahí, hemos compartido experiencias, interrogantes que se nos plantean, oración y, en definitiva VIDA. Vida que personalmente nos anima, nos hace bien, nos renueva y nos hace sentirnos cada vez más familia. Porque ciertamente así lo sentimos; estamos desde nuestras grandes diversidades, profundamente conectados y, sinceramente como decía Nacho, nos miramos desde la CALIDAD HUMANA.
No puede ser de otro modo si pretendemos ser buenos transmisores en la dimensión profética de anuncio-testimonio al estilo de vida de Jesús, donde el amor está por encima de todo.
Pues con esta base, profundamente humana, vivencial y de disponibilidad para un mejor servicio, nos introdujimos en el DISCERNIMIENTO, en ese prestar atención al espíritu de Jesús para tratar de reconocer como bien dice el Papa Francisco, entre todas las voces la voz de Dios.
Pues bien, desde este marco, Nacho nos recordó cual es la función del Discernimiento y los pasos a seguir como proceso humano, por el cual llegamos a convertir nuestras convicciones en decisiones de vida.
La aplicación practica la realizamos siguiendo los pasos del primer itinerario, partiendo de la exhortación apostólica del Papa Francisco EVANGELII GAUDIUM: «Por una Iglesia en salida».
En síntesis, este ha sido más o menos el esquema sobre el que nos hemos compartido, y decimos bien, porque nos hemos desnudado en percepciones, pensamientos, sentimientos y experiencias. Realmente ha sido una gran riqueza que nos hacía mucha falta, y más tras este largo tiempo de pandemia en que no nos hemos podido encontrar presencialmente hasta ahora, aunque gracias a las tecnologías hemos mantenido el contacto.
Volviendo al encuentro en sí, nos ha hecho enfrentarnos en primer lugar a nosotros mismos, desde el detenernos para interiorizar, para confrontar, discernir, compartir, sentir, interrogar, emocionar… hacernos más conscientes si cabe de nuestra realidad y de la presencia del espíritu en ella.
Hemos constatado insatisfacción, malestar, dolor, resistencias, tristezas, entusiasmos,
miedos, desafíos, llamadas, provisionalidad… Con todo, disponibilidad para seguir a Jesús si somos capaces de dejar ciertas seguridades y seguir haciendo y abriendo caminos como Jesús espera de nosotros.
Personalmente el encuentro nos ha removido interiormente y como ya hemos apuntado, estamos convencidos de que hay que seguir abriendo espacios para el encuentro allí donde nos encontremos, donde nos dejen y sea posible.
Como alguien decía casi al final… «hemos de creer de verdad que el Espíritu va por delante y perder el miedo».
Y ya para terminar nos queda una palabra: AGRADECIMIENTO. A Nacho por su dedicación incansable, a quien dimos una pequeña muestra de nuestro cariño y aprecio, pues todo en el encuentro no fueron sólo sentadas para discernir… también tuvimos momentos de relax en los que nos compartimos de otros modos; a Bernat también por su empeño y constancia para que el grupo no pierda el pulso a pesar de la pandemia, y también por su trabajo en el encuentro; a Luis Ramón, sacerdote que nos acompañó en determinados momentos, por su empatía y por sus canciones con las que nos hizo disfrutar de una velada entrañable… y en definitiva, a todos por vuestra presencia y la oportunidad de poder seguir compartiéndonos y entusiasmándonos juntos por ese mundo mejor por el que seguimos soñando y viviendo.
Amparo y Edu
Tengo mi propio relato sobre la convivencia del Grupo Español, con la intención de compartirlo, al leer los dos comentarios de Mar y Nacho, me he sentido tan reflejado que no lo he publicado por el momento. Prefiero ahora hacer algunas reflexiones sobre los vuestros.
Agradezco mucho lo que habéis compartido, ponéis de manifiesto lo que hemos vivido en la convivencia, y pienso que este compartir a través de estos medios, es un gran enriquecimiento para otras muchas personas.
La experiencia, tras el tiempo de reclusión y falta de contacto cercano y físico, nos resultó grata, productiva y nos ha permitido disfrutar de unos días hondamente compartidos y vividos.
Respecto al trabajo realizado, personalmente me ha sido enriquecedor, y me ha hecho resituarme en lo que supone vivir desde una perspectiva que me permita ejercitar mi espiritualidad de una manera más consciente, teniendo en cuenta ése discernir sobre lo que vivo y lo que el Espíritu me sugiere.
Gracias a todo el Grupo por la convivencia. Especialmente a ti Mar y Nacho por vuestros relatos.
El Espíritu aletea sobre la nave de la Iglesia; la asistencia del Espíritu, la presencia de Jesús -yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos- , es la raíz de nuestra fe y de nuestra esperanza.- En la Iglesia florecen dificultades, antes y ahora, pero el cristiano convencido, comprometido con la Palabra, asentado sobre la roca firme del Maestro, no tambalea por hechos que ahora y siempre se ciernen fuera y dentro del argot eclesial.- De temer son nuestros cansancios, a veces producen mucho daño en nuestro cotidiano y lento caminar.- Las dificultades y obstáculos que toman forma en mi corazón, entorpecen muy mucho la marcha de una Iglesia en salida, que debe estar siempre abierta al mensaje misionero del Evangelio.- Las voces que a diario oímos contra la Iglesia o contra el Papa, desde diferentes ámbitos, no deben inquietarnos, Jesús nos lo avisó.- Aplicarnos todos los cristianos el deseo de examinar los espíritus que anidan en nosotros, para empujar a favor del bien, a favor de una Iglesia bella y hermosa, como la que nos a traído el Hijo Amado del Padre, de la que nosotros somos responsables y herederos.-
Una empresa funciona bien cuando está presidida por la «vigilancia».- Me parece que lo mío es discernir, a la luz de la Palabra, los hechos de cada día.- Todo ello para tener claro a favor de quien y como ha de ser mi renovada vida al amanecer de cada día.- Que el espíritu del artículo en cuestión, sirva para avanzar más y mejor para todos, que apoyándonos en la Palabra encontremos cada día motivos y deseos incipientes para servir al Señor.-
Nacho y hermanos / hermanas del GPE les agradezco su entusiasmo y compartir, se ve que provocan entre ustedes – y a otr@s – un deseo de vivir a tope, esta vida que es la que tenemos y que merece ser vivida al máximo. Un abrazo, Carlos S.