De regreso de nuestro encuentro en la Rioja y con la distancia en estos primeros días, me atropellan un cúmulo de sensaciones, que sin duda han de pasar por el tamiz de la reflexión, y de la revisión en grupo con mis amigos más próximos.
Pero cuando esto suceda sin duda se habrá perdido un poco de la espontaneidad que en este momento me embarga. La experiencia me dice que estos momentos de espontaneidad no son los más adecuados, pues llevados por nuestro impulso tendemos a exagerar e incluso a sobre valorar nuestras acciones. Pero no cabe duda que en la espontaneidad también hay una parte de sinceridad, por eso no quiero perder este momento de frescor para resumir mi sensación principal que he traído de este encuentro.
Y es el convencimiento de nuestro papel como laicos dentro de la Iglesia. Los tiempos son los que son y hacemos falta todos, religiosos y laicos pero como personas y no como números. Para ello los religiosos deben hacer un esfuerzo en cuya magnitud no alcanzo a entrar, pero en cambio de nuestra experiencia deduzco la necesidad de que los seglares (me resisto un poco a emplear el termino laicidad) hemos de acostumbrarnos a reflexionar, y a escuchar nuestro interior, también a expresarnos sin rencor y sin el deseo de querer cambiar desde dentro pues cualquier cambio en la Iglesia habrá de ser desde el Espíritu, cada uno ha de hacer su papel y dejar crecer las semillas plantadas sin temor, Él, sabe nuestro destino y debemos confiar.
En este sentido creo que la profundización, en este camino que estamos preacticando es acertado. Esta es la mejor sensación que he traído del pasado encuentro, el de que otro mundo es posible si trabajamos juntos haciendo cada uno lo poco que podemos. Y esta sensación la extraigo principalmente de nuestro último momento, aquel que vivimos en la Eucaristía compartida donde todos reflejamos (desde mi punto de vista) una forma de común unión.
Un abrazo Gumer
CHaro es muy cierto lo que has escrito de que no es facil axpresar nuestros senidos de la nueva experiencia que hemos tenido este año pero yo me siento muy contenta de mi encuentro con todos vosotros y vuestras muestra de cariño ysiceridad y tambien lo que he aprendido de todos ytodas la Eucaristia fue una inyeccion de fuerza espiritual muchos besos CELIA
Gumer, comparto todas tus impresiones. Gracias por poner palabras a esto que sentimos algunas personas (lo único… que yo no me resisto a pensar en términos de laicidad), pero que no nos es tan fácil expresar.
Pero me atreveré a expresar mis sensaciones y emociones, a ver… Vuelvo este año muy satisfecha y contenta, más atenta a la Vida, quizás un poquito más evolucionada (creo que he subido un escaloncito que necesitaba subir), menos temerosa y miedica, más abierta a todo y a todos, más generosa con mi tiempo e ideas, y sobre todo, valorando y disfrutando más del milagro de la Vida, de una vida plena vivida con consciencia, valentía e ilusión.
Un abrazo fuerte.
Charo.