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¡Vale la pena!

By 17/12/2017Experiencias

No hace mucho  asistí a una cena benéfica, organizada por una pequeña ONG, en la que colaboro,  a beneficio de la fundación Amaranta,  de la orden  religiosa  de  las  Adoratrices,  que trabaja en favor de las mujeres  víctimas de trata y explotación sexual.

En la cena se creó buen  ambiente, saludé  a mucha gente que conocía  y  me senté a cenar;   entonces me fije en  algo  que  llamó poderosamente  la atención:  la presencia, en el otro extremo de  mi mesa, del  Imán de una mezquita, su mujer y su hija, compartiendo mesa y solidaridad al lado de un sacerdote y mucha gente más, todos  unidos en defensa de los derechos de las mujeres.  Llegué  a la conclusión que cuando hay sentido  humanizante de la vida las creencias no son obstáculo para situarnos juntos del lado de la justicia y la libertad.  Entiendo  que  experiencias como  ésta,  son signos vivos reales  de  ese mundo mejor y más humano que todos anhelamos.

Yo invito a que abramos mucho los ojos para descubrir que a nuestro alrededor se dan  experiencias  parecidas  a  ésta, solo es cuestión  querer mirar con otros ojos la realidad que  nos rodea. ¡Vale la pena!

Maria José

3 Comments

  • Ana dice:

    Gracias, M.José.
    Hermosa reflexión, que me ayuda a evocar situaciones que vivo.
    –La importancia de estar abierta a la diversidad de personas, sintiendo que esa diversidad es una gran riqueza.
    –Recordar la experiencia vivida y el gran regalo que es para mi, los años compartidos con las Adoratrices. Cuando me llamaron para trabajar con las mujeres acogidas en su centro de Málaga, sentí duda de aceptar este trabajo, no tenia experiencia como psicólga. Bendita la hora que dije que si.
    He recibido, compartido y sigo cerca de las Adoratrices que tantos horizontes me han abiertos.
    Seguimos compartiendo, agradezcamos al 2017 que marcha y esperemos con ilusión el 2018 que está llamando a nuestra puerta.
    Muchos abrazos.
    Ana

  • feliciano dice:

    Está bien considerar como signos vivos y reales hechos como el que se cuenta hoy.- Sin embargo, no deberíamos ser tan pobres de cabeza y de corazón, para entender que la exigencia principal del hombre o mujer de buena voluntad, es ser humanos, es ser solidarios, es saber compartir la vida con los demás por encima de ideas y condicionamientos trasnochados y fuera de lugar.- Así lo dice el decálogo «y al prójimo como a ti mismo».- Para María José, y para todos en general, felices fiestas de Navidad, que Jesús aparezca de verdad en nuestras vidas.-

  • JOEL dice:

    EL DESAFÍO DE CREER

    Desde que tengo uso de razón nuestra Iglesia me pareció bellísima porque la vi humilde, pequeña y de los pobres, me enseñaron el camino real del evangelio, porque no solo debemos predicar, sino que somos nosotros mismos la predicación, como Jesús, somos buena noticia para los pobres: pan para el hambriento, consuelo para el triste, casa para el desvalido, libertad para el oprimido, esperanza para los abandonados, abrazo para los excluidos y descartados. Hemos aceptado con valentía el desafío de creer que Dios se hizo pobre, que Dios nació pobre para los pobres, que nuestra vida es un escándalo para el mundo. No creo equivocarme si digo que la tarea urgente, improrrogable, para los discípulos de Jesús, para los testigos de la Navidad, es mostrar a cuantos vivimos excluidos y descartados, la evidencia de que el mundo de Jesús, es un mundo de hermanos, pobre, solidario, deseable, verdadero, el único humano, por el que merece la pena luchar y entregar la vida, hacernos pobres con Cristo para enriquecer a los demás. Hermanos. El Señor nos ha concedido la gracia de ser, en Jesús y como Jesús, evangelio para los pobres, ellos son los destinatarios de nuestra vida, a muchos los conocemos de cerca, pero nos sabemos enviados a todos. Estamos llamados a ser rostro de Dios, sacramentos de su bondad, evidencias de su amor. Cuanto quisiera que nuestra Iglesia me escuche y que no sea excesivamente moralista, que sea más tolerante, dialogante y que acepte las diferencias, necesitamos otro modelo de Iglesia. Los laicos, no podemos ser corresponsables de lo que no decidimos. El pueblo de Dios es un pueblo pobre, humilde, sediento de Dios, hermanos presbíteros los exhorto aprender de la gente, que doloroso es saber que muchos de los nuestros tomaron la decisión de cerrar sus corazones, hace falta espontaneidad, simplicidad y generosidad. La fe se ha convertido para muchos en una experiencia problemática, pero una cosa es clara: ya no volveremos a creer en lo que creímos de niños. El amor de Dios, creído y acogido con humildad, da un sentido más hondo a todo, la persona conoce una coherencia interior más armoniosa, las dudas no son un obstáculo. No puedo soportar que quieran ignorarme y echarme de la Iglesia, por mis opiniones discutibles, pero necesarias. Muchos hermanos y hermanas ya me juzgaron y condenaron. Hasta el día de hoy me mantienen aislado. mi «PECADO» es levantar la voz en defensa de los pobres y maginados, descartados y sin voz, en medio del silencio obsecuente de muchos obispos y sacerdotes. Te ruego tu ayuda con prisa y sin pausa, entiendo y entenderé las reacciones suscitadas por este escrito, por ello te reitero mis disculpas, agradezco tu compresión y solicito tu caridad con obras y no solo de palabra. Hermano mi nombre es Joel, soy de Perú, casado, católico pecador, ¿Será posible contar con tu ayuda? Espero tu respuesta para llevarla a la oración y darte mayores detalles, si así lo crees conveniente, por favor no me muestres tu silencio e indiferencia, que me mata día a día, no me prejuzgues, ven a conocerme, te invito a mi humilde hogar, donde serás bien venido y recibido. Gracias

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