Nos hemos reunido, seis personas del Servicio de Animación Comunitaria, esta semana de San Juan en una casa de campo para preparar el Encuentro de búsqueda, lo llamamos así porque en este tiempo de cambios profundos y universales, lo más importante es clarificar las preguntas, aunque lo que se suele hacer en muchos ámbitos de la vida, es buscar respuestas, de ahí que llevamos bastante tiempo sin dar en la diana…
Es la segunda vez, en este curso, que nos reuníamos para debatir y dialogar sobre la propuesta de búsqueda a proponer. Lo único que tenemos claro es la afirmación: “CONVOCADOS POR JESÚS PARA CONSTRUIR LA “CASA COMÚN” O REINO”… La situaciones que estamos viviendo en todos los aspectos de la vida son tan “diversas y diferentes”, con relación a un pasado muy reciente, que todos y todas nos sentimos interpelados de una u otra forma. Nuestro esfuerzo y empeño ha sido el preguntarnos cómo crear las condiciones para que los que nos reunamos y compartamos la propuesta de Jesús, la Buena Nueva de convertirnos al Reino es de plena actualidad, pues Jesús ofrece una alternativa a la situación del mundo actual. Eso es lo que tenemos claro, tenemos que hacer un esfuerzo común por llegar a mostrar, facilitar la acogida y la experiencia en el “hoy”…
Para ello hemos considerado que son podría servirnos de guía estos tres pasos para facilitar nuestra búsqueda: 1º Asumir los desafíos concretos que nos retan y sentimos como tales y las posibilidades que la misma situación del mundo actual nos ofrece. 2º Acoger, asumir y experimentar la Novedad de la propuesta de Jesús sobre todo en sus parábolas. 3º Clarificar los diversos tipos de presencia de los cristianos en la sociedad actual, evitando dos tentaciones: o bien la de querer construir un mundo aparte o bien ser “levadura”, “sal”, “luz” fuera del “campo” donde se juega la vida.
Una invitación a cuantas personas quieran compartir esta búsqueda, que creemos que es apasionante. Te esperamos.
Comparto plenamente esos tres pasos que propones para la búsqueda, especialmente el 3º y en éste, me adhiero con fervor a lo de evitar las dos tentaciones que refieres, esas en las que la Iglesia tiene tanta facilidad para caer…construir un mundo aparte… ser levadura, sal, luz, fuera del campo donde se luega la vida.
Llevo una racha en que he dejado de creer en la palabra, en que estoy hasta algo harta de tantas palabras, porque dicen cosas no ajustadas a los hechos, a los comportamientos. Y pensaba dejar de hablar tanto, como contribución a eso de hacer menos ruido, para poder «oir» mejor las cosas importantes, los hechos y actitudes.
Pues sí, me encantaría que en esa búsqueda que planteas en esos tres pasos, se pudiera hacer sin tanto ruido ambiental, con menos palabras, para poder centrarnos más en los comportamientos.