Bueno, ¡ya estamos en Pascua! En el Levante somos más “pascuareos”, y menos de procesionar imágenes por las calles… En el fondo creo que es una cuestión cultural, unos nos dejamos llevar más por el clima primaveral, que sacude nuestro cuerpo y nos invita a festejar a salir… y, tal vez en otros lugares, se dejan llevar por el sentimiento en quienes ven encarnar su propio dolor y sufrimiento.
Pero detrás de la forma cultural hay una vivencia y esto es lo que tenemos que tener presente. Para bastantes cristianos practicantes la celebración del triduo de la semana santa –aunque tendremos que ir acostumbrándonos a llamar vacaciones de primavera o, como se suele decir ahora, “tiempo para reponer fueras, desconectar”…- es un simple rito en el que se conmemora la cena, muerte y resurrección de Cristo, pero ellos asisten simplemente a los actos, no se sienten implicados en lo que se celebra, ni en el modo como se celebra. Ahora bien, el rito tiene el valor y el límite que satisface una necesidad de la persona, tal y como se expresaba tradicionalmente: ¡Yo ya he cumplido en Pascua! Esto quiere decir que lo que se celebra es algo que le sucedió a Cristo y como lo hizo por nosotros, nosotros somos simples beneficiarios… Read More