Con Jesús, paso a otra forma de vivir
La Cuaresma no ha de ser un residuo de prácticas ascéticas de otros tiempos, sino una experiencia que hemos de actualizar de manera creativa en nuestras comunidades respondiendo a las llamadas de Dios en nuestros días.
La Cuaresma no puede ser signo de tristeza, de oscuridad o pesimismo. Es un tiempo de conversión que mira al futuro y, desde el futuro abierto, llama a la conversión. Ofrecemos algunas claves para reavivarla.
- Llamada a la conversión: Muchos cristianos viven hoy su fe ignorando ese gran proyecto que tiene Dios de ir cambiando el mundo para hacer posible una vida más humana. No saben que ese proyecto que Jesús llama el “reino de Dios” es la pasión que animó toda su vida, el objetivo de todos sus esfuerzos y también la razón de su condena.