Proponemos este ejercicio de escucha, en nuestro caminar hacia la Pascua, para que nos paremos y compartamos nuestra interpretación, el sentido que le damos a lo que estamos viviendo. Esta escucha necesita recogimiento, calma, silencio, y debe ser hecho por grupos de personas con las que podamos intercambiar. Queremos que sea también una escucha creyente, es decir, confiada en la presencia del Espíritu de Jesús, que se manifiesta en lo cotidiano, en los hechos, en las relaciones, en las actitudes…, para reconocer en ellos lo nuevo que aparece y que aviva la esperanza. No esperamos curaciones milagrosas, sino vacunas diseñadas y producidas por humanos con espíritu generoso y entregado por el bien de todos, ahí está el Espíritu. Read More