No queremos decirte adiós, Juan Pedro.
Sentimos tu presencia viva,
lo mucho que hemos recibido de ti
Y que queremos proclamar
a los cuatro vientos
que somos hermanas y hermanos
hijos e hijas del mismo Dios, Padre-Madre.
No es tu recuerdo,
ni tus palabras,
ni tus obras
ni tus gestos
ni tus proyectos…
¡Eres tú mismo quien está a nuestro lado!