Un martes cualquiera
9:00 Me levanto perezosamente. Desayuno, me aseo, arreglo un poco la habitación… Ropa de deporte. Lista para ir al gimnasio.
11:00-12:00 Deporte, risas, bromas… Nos vemos el jueves.
12:00 Despacho parroquial. Abrir cajones, encender el ordenador: Programa: Ayudas.
Que pase el primero.

– ¡Hola, Magy! ¿Cómo estás?
– Bien.
– ¡Qué guapa vienes! Me gusta tu pelo. –sonríe- Es diferente al del mes pasado. –sonríe- Si, me gusta ese color. -Es un azul oscuro y brillante-.
-¿A ver? –le miro a los ojos- ¿Cómo estás, Magy?
-Bien…
-Me ha parecido por un momento que estás triste.
-Bueno… la vida, que es muy dura. Si, a veces…
-¿Te pasa algo especial?
-No.
Ha venido de Nigeria. Lleva más de cuatro años viniendo a la parroquia por una pequeña ayuda. 50 euros al mes. Vive en una habitación compartida. No está empadronada. No tiene papeles. Vive de la prostitución. Poco más sé de ella. Read More



